19/05/2024
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Otra vez la violencia empaña el fútbol argentino

El ómnibus que trasladaba al plantel xeneize al Monumental para jugar la final de la Copa Libertadores fue atacado con palos y piedras. Varios jugares resultaron lesionados y afectados por gases lacrimógenos que arrojó la policía para desactivar el descontrol en inmediaciones del estadio. La Conmebol resolvió aplazar el inicio del encuentro en dos oportunidades, antes de la decisión de que se juegue este domingo, a las 17.  



Foto: AP


La violencia se apoderó el sábado de la final de la Copa Libertadores 2018 entre River Plate y Boca Juniors y obligó a la postergación del partido para este domingo tras ser suspendido por el ataque al ómnibus que trasladaba al plantel xeneize al Monumental.
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, aseguró que sus homólogos de River, Rodolfo D’Onofrio, y de Boca, Daniel Angelici, acordaron “un pacto de caballeros” para suspender este sábado la inédita final entre los clubes más populares y poderosos de Argentina.
“Quiero felicitar a ambos presidentes porque hubo entre ellos un pacto de caballeros, porque en estas condiciones se desnaturalizó el juego. Uno no puede jugar (Boca) y el otro no quiere jugar (River) con un rival que no está en condiciones”, señaló Domínguez.


“En consecuencia, el partido se suspende para este domingo a las 17”, agregó el máximo representante del fútbol sudamericano.
El ómnibus que transportaba el plantel auriazul al estadio Monumental, en el barrio porteño de Núñez, fue atacado con piedras, palos y gas pimienta por cientos de hinchas de River que esperaban en una curva de una calle cercana al escenario.
Varios jugadores de Boca, entre ellos el capitán Pablo Pérez, resultaron con laceraciones en los rostros y los brazos producto de los vidrios rotos y los artefactos peligrosos que ingresaron al micro.
“No estamos en situación de jugar, nos están obligando a jugar el partido”, lamentó minutos antes del anuncio de la Conmebol el ídolo xeneize Carlos Tévez, uno de los más afectados por la inhalación de los gases según las imágenes de televisión.


Tras el anuncio de la postergación del partido para este domingo, varios incidentes entre hinchas de River con la policía se registraron en las afueras del Monumental. La policía confirmó que hubo 16 detenidos y 430 demorados por los confusos hechos, que incluso llegaron a afectar la salida de los aficionados del estadio, produciendo escenas de pánico cuando se ordenó el desalojo.

D’Onofrio: “No era lógico jugar”

Tras el incidente, la Conmebol celebró varias reuniones en el Monumental con los jefes de ambos clubes, incluso en algunas con la presencia del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para evaluar la suspensión del partido.
En dos ocasiones se decidió la postergación del encuentro, previsto originalmente a las 17. La primera para las 18 y luego una segunda a las 19.15.
“No estábamos en condiciones para afrontar este partido”, señaló con pesar el presidente boquense. “Los partidos lo ganamos o lo perdemos en la cancha. Pero con varios jugadores que terminaron lesionados, con otros a los que les hacía falta el aire, las condiciones no estaban dadas para jugar por esta agresión”, indicó Angelici.
Según las imágenes de televisión de varias cadenas deportivas que transmitían en directo, el vehículo ingresó al Monumental con varios vidrios laterales rotos y los jugadores, una vez descendieron, iban tosiendo y con los ojos llorosos por efecto de los gases.


Pablo Pérez retorna del hospital al estadio Monumental./ Télam
 
“Me preocupa mucho que nuestros espectáculos se empañen por inadaptados que hay en todos los equipos, y tengamos que lamentar y pasar por estos hechos lamentables que no pueden suceder en el fútbol”, dijo, a su turno, el presidente millonario.
“No era lógico jugar así, nuestra solidaridad y preocupación era con Boca y con los jugadores, porque se veían que estaban afectados por este hecho lamentable”, agregó D’Onofrio.

Clásico de la vergüenza 

El desplazamiento del micro de Boca se hizo con una fuerte custodia de policía desde el exclusivo sector de Puerto Madero, en el centro de Buenos Aires, hasta el Monumental.
“Fue un descontrol en las últimas calles cerca del Monumental. La policía se vio desbordada ante tanto vandalismo y tuvo que dispersar a los hinchas de River con gases lacrimógenos, que también por efecto del viento y las ventanas rotas ingresaron al micro”, anotó Juan Carlos Crespi, exdirigente boquense.
Infantino, uno de los invitados especiales a la inédita superfinal de la Libertadores, había comparado el partido con una final de una Copa del Mundo, y hasta sugirió con llamarlo un “megasuperclásico”
Ni el más atrevido optimista imaginó que la edición 59 de la Libertadores tendría como epílogo uno de los grandes clásicos del planeta fútbol, considerado el más pasional por el fervor de sus hinchadas.
Y es justo ese fervor muchas veces desbordado, como ocurrió este sábado, el picante condimento de esta centenaria rivalidad entre Boca y River.
Boca hizo de esta Copa una obsesión, pues persigue el séptimo título para igualar al también argentino Independiente como los máximos ganadores de la Libertadores, mientras que River, que ganó la última hace tres años, busca su cuarta corona.

El “fracaso” del operativo

“Tiraron gas pimienta”, dijo el delantero Darío Benedetto con la cara roja y una clara muestra de enojo, en el instante que se metió en el vestuario.
A su vez, el volante Pablo Pérez y el defensor Carlos lzquierdoz coincidieron en que les tiraron “de todo” al micro. Luego de la declaración a los medios, Pérez le pegó a la puerta del vestuario de la bronca.


Foto: Clarín

Entre tanto, el entrenador Guillermo Barros Schelotto ingresó con tos y no consiguió declarar ante las consultas de los medios presentes. Por su parte, uno de los vicepresidentes de Boca, Horacio Paolini, acusó a la policía de
“liberar la zona” y apuntó contra el “fracaso” del operativo en el área cercana al estadio. “Es difícil de explicar lo que sucedió porque ha sido un episodio confuso, ya que, ante las agresiones que recibimos, la gente de seguridad decidió tirar gases lacrimógenos y como consecuencia se vieron afectados algunos jugadores”, explicó el exsecretario general del club xeneize César Martucci en el contacto con la prensa.
“Son unos hijos de puta”, gritó el uruguayo Nández, quien acompañó a un afectado Tévez, que apenas podía respirar junto con otros asistentes.

AFP, Télam