27/04/2024

Del corazón de Argentina al corazón de Israel: la inspiradora trayectoria del doctor Carlos Cafri, egresado de Medicina de la UNNE

Su historia de vida es un testimonio vivo de perseverancia, dedicación y excelencia profesional.  



El doctor Carlos “Capará” Cafri, destacado cardiólogo argentino, ha trazado un camino ejemplar desde las aulas de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) hasta convertirse en el director de Cateterismo y Hemodinámica en el Hospital de Soroka, en Beer Sheva, Israel.

Desde su graduación en 1982, el doctor Cafri ha labrado una carrera marcada por la búsqueda constante de superación y servicio. Su experiencia en el hospital Soroka, uno de los centros médicos más importantes del país, refleja su compromiso con la salud cardiovascular y su notable liderazgo en momentos críticos.
Su trayectoria en el campo de la cardiología comenzó en Argentina ya que luego de su graduación en la UNNE y de completar su residencia en el Hospital Escuela “General San Martín” de Corrientes, tuvo la oportunidad de especializarse en electrofisiología y ecocardiografía en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez de la Ciudad de México.
 
Reconocimiento

Recientemente en Israel, una empresa de calificación empresarial publicó una lista de los mejores cardiólogos, clínicos y oftalmólogos que se desempeñan en los hospitales de ese país y entre los elegidos estaba él, el único argentino que además es correntino. La elección se realizó en base a las recomendaciones de sus pares y sopesó la reputación de los médicos, la antigüedad y la experiencia.

En una entrevista con el Área de Prensa de la Facultad de Medicina de la UNNE, el doctor Cafri compartió detalles sobre su trayectoria profesional y su adaptación a la vida en Israel.
 
Consultado sobre los motivos que lo llevaron a emigrar a Israel, el médico recordó que tomaron la decisión junto a su esposa, odontóloga, en 1989. “La decisión de dejar Argentina estuvo influenciada por la crisis económica y la incertidumbre política que enfrentábamos en ese momento. Buscábamos consolidar nuestro futuro en un entorno más estable”, señaló.

El profesional agregó que su llegada a Israel no fue fácil. Después de un proceso de adaptación en la ciudad de Safed, el doctor Cafri se enfrentó a numerosos desafíos para revalidar su título médico y encontrar su lugar en el sistema de salud israelí.

Sin embargo, su determinación y habilidades lo llevaron a establecerse en el Hospital Soroka, donde actualmente es director, marcando una huella imborrable en la atención cardiovascular.
Cabe destacar que el cardiólogo lidera el servicio de cateterismo y hemodinámica del hospital desde 2005, demostrando su experticia  en el tratamiento de enfermedades cardíacas complejas. Su dedicación se ve reflejada en el alto volumen de pacientes atendidos anualmente y en su papel fundamental durante conflictos regionales, como los enfrentamientos con el grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza.

Su labor clínica también ha contribuido al ámbito académico como profesor de Cardiología en la Universidad de Ben Gurión. Su compromiso con la investigación y la educación médica ha generado un impacto significativo en la formación de futuros profesionales de la salud.

La historia de Carlos Cafri es un testimonio inspirador de cómo el talento, la determinación y el compromiso pueden trascender fronteras y marcar la diferencia en la vida de las personas. Su legado perdurará como un ejemplo de excelencia médica y humanitaria en ambos lados del Atlántico. Como él mismo manifiesta, “uno nunca deja de ser argentino, pero Israel se ha convertido en mi hogar, un lugar donde puedo contribuir y crecer profesionalmente”.

Su papel en el Hospital Soroka es impresionante, especialmente considerando el volumen de pacientes y la complejidad de los casos que se manejan. ¿Podría compartir con nosotros cómo es un día típico en su servicio?

– En el servicio de Cateterismo y Hemodinámica del Hospital Soroka, atendemos a una gran cantidad de pacientes con diversas afecciones cardíacas. Realizamos procedimientos terapéuticos como cateterismos coronarios, reemplazos percutáneos de válvulas cardíacas y cierres de defectos congénitos, entre otros. Además, estamos preparados para responder a situaciones de emergencia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
 
Es importante destacar que, debido a nuestra ubicación geográfica, el hospital ha sido fundamental en el tratamiento de heridos durante conflictos en la región, como los enfrentamientos entre Israel y grupos terroristas en la Franja de Gaza. Esta experiencia nos ha enseñado la importancia de la preparación y la capacidad de respuesta ante situaciones críticas.

¿Cómo describiría el sistema de salud en Israel en comparación con otros países como Argentina?
 
– El sistema de salud en Israel se caracteriza por ser mayoritariamente público y accesible para todos los ciudadanos. Esto se financia a través de un impuesto de salud y la participación de cuatro organizaciones de salud que brindan servicios a la población. En mi experiencia, el nivel de atención médica en los hospitales públicos de Israel es excelente, con tecnología de vanguardia y una dedicada mano de obra médica y paramédica.
En cuanto a los profesionales médicos argentinos, son muy valorados en Israel por su calidad y calidez humana. La adaptación al sistema de salud israelí puede requerir un proceso de revalidación de títulos y residencias, pero una vez integrados, los médicos argentinos contribuyen significativamente al sistema de salud del país.

¿Cómo recuerda su formación académica en la UNNE?

– En cuanto a su formación subrayó como de “excelente” y recuerda con mucho afecto sus pasos por la Universidad Pública. Yo empecé a estudiar medicina a en la Facultad de Corrientes. Fue durante la época de la dictadura militar, entramos 300 estudiantes y finalicé la carrera en 1982 con  el más alto promedio.
 
Tuve durante muchos años ligado a la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Medicina y también con la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Odontología, uno de mis mentores que lo tengo siempre en los recuerdos con infinito cariño, es el doctor Julio Civetta, que era el profesor de la cátedra de anatomía de la Facultad de Medicina durante esa época.

Haciendo una pausa, Cafri explica que fue disector de anatomía durante muchos años, es decir, el que prepara las piezas anatómicas para presentarla ante los estudiantes durante las clases. Y agrega: “una de las cosas buenas que tiene la formación médica en Corrientes es que permite al estudiante, tener un contacto temprano con los pacientes, en este aspecto, yo lo hice estando desde el cuarto año”.

Cafri comentó además que durante ese tiempo, entró a trabajar en la guardia del Hospital Vidal, “donde estaban los doctores Ruiz y Escribano, recuerdo también a los grandes maestros, el cirujano Lifschitz y el doctor Beneventano”, dijo.
 
¿Tiene algún mensaje final para nuestros lectores, especialmente para aquellos que están considerando una carrera en medicina o planean emigrar?
 
– Quisiera decirles que la medicina es una profesión noble y gratificante, llena de desafíos y oportunidades para hacer una diferencia en la vida de las personas. Para aquellos que están pensando en emigrar, los animo a perseguir sus sueños y aprovechar las oportunidades que se les presenten. La adaptación puede ser difícil, pero con determinación y dedicación, se pueden alcanzar grandes logros, como lo demuestra mi experiencia en Israel.

Cafri enfatizó en su mensaje tener siempre presente que el objetivo principal de todo aquel que se está formando, es la persona: “La medicina no es solo conocimiento; implica humanismo y empatía. Los médicos argentinos son muy queridos y apreciados por estas cualidades”.

Para finalizar expresó su agradecimiento a la Facultad de Medina de la UNNE y a su familia que lo acompañó desde el principio: “Mi familia está formada por mi esposa Patricia, dos hijas y dos nietos. Uno nunca deja de ser argentino, pero Israel se ha convertido en mi hogar”, concluyó.