19/03/2024

Destacan la necesidad de evaluar el impacto de la virtualidad en el rendimiento de los alumnos



 Un panel de Decanos e Investigadores de la UNNE debatió respecto a los desafíos de la Educación Superior y la Universidad en tiempos de pandemia, y si bien destacaron los aportes de las herramientas virtuales en la enseñanza, consideraron necesaria la vuelta de la presencialidad y posteriormente la necesaria planificación de trayectos formativos que a futuro conjuguen ambas modalidades. Resaltaron la importancia de evaluar el rendimiento de los estudiantes en el actual contexto que se está extendiendo más de lo previsto. En el marco de la “Feria Internacional Digital del Libro. Ciudad de Resistencia”, con la modalidad de transmisión en formato digital, se realizó una charla con autoridades de la UNNE para analizar la situación de la actividad universitaria en el contexto de la pandemia, y las perspectivas de cara a una eventual normalidad. El Panel “Los Desafíos de la Educación Superior y la Universidad en tiempos de pandemia” contó con la participación del Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Arq. Miguel Barreto; Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Omar Larroza; Decano de Facultad de Ingeniería, Ing. José Basterra; Secretario de Investigación de la Facultad de Ingeniería, Ing. Mario de Bórtoli; y el Dr. Luis Merino, Director del Instituto de Medicina Regional de la UNNE. En sus exposiciones, destacaron la rápida adaptación de la Universidad y las Facultades a la imprevista suspensión de actividades presenciales por la emergencia sanitaria por el Coronavirus, y la constante revisión de las acciones que se fueron tomando en vista de lo cambiante del contexto. Resaltaron las experiencias de implementación de herramientas virtuales como alternativa a la presencialidad, pero a la vez destacaron la necesidad de la presencia física de estudiantes y docentes en especial en algunas carreras que cuentan con instancias prácticas, talleres, de laboratorio, recorridas a campo y otras actividades con interacción entre docente-alumnos. Pusieron además énfasis en la importancia de evaluar la adaptación de los alumnos y los docentes a la actual modalidad de educación a distancia, y cómo aprovechar las debilidades y fortalezas de cara al regreso a la normalidad cuando ello ocurra. Rápida adaptación. En primer lugar, el decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU), Arq. Miguel Barreto, recordó que la FAU-UNNE tiene dos carreras de grado – Arquitectura y Diseño Gráfico- y en el área de Posgrado en estos momentos hay dos Maestrías y tres especializaciones. Al respecto, señaló que luego de disponerse en el país las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de Covid-19, las carreras de grado de la FAU pudieron ponerse en funcionamiento casi de manera inmediata en modalidad virtual, y posteriormente las de Posgrado que tuvieron otros tiempos de adaptación. Comentó que “cómo” afrontar el problema de la continuidad pedagógica e institucional ante la pandemia fue un desafío para la facultad, por lo que rápidamente se pusieron en relación con otras realidades del país y el extranjero, tomando contacto con el Arquisur, que nuclea a 28 carreras de arquitectura de Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Chile y Paraguay, y con otros espacios que nuclean a las carreras de Argentina. “Algunas carreras decidieron no dar inicio al ciclo lectivo, pero un conjunto de facultades empezaron a implementar la modalidad virtual, entre ellas la FAU-UNNE” comentó. Reconoció que en la FAU inicialmente hubo reparos de algunos profesores que no se sentían capacitados para el dictado virtual, pues Arquitectura es una carrera con una modalidad de taller que requiere mucho de la presencialidad, por la tradición de la parte práctica con mucha interacción entre docente y alumnos. “Pero lo interesante fue el camino y el descubrimiento que fueron haciendo los profesores de la potencialidad de la virtualidad. Resultó muy interesante la experiencia, prácticamente todos los docentes implementaron la modalidad” indicó. Agregó que la mayor dificultad fue en el primer año de carrera, con estudiantes para quienes el contacto con la Universidad fue casi exclusivamente en la modalidad virtual. Señaló que el dictado de las carreras de la FAU se fue mejorando de forma progresiva, y luego vino la etapa evaluativa, con las mesas de exámenes. Algunas facultades del país decidieron no tomar evaluaciones este año, mientras que en la FAU-UNNE las dos primeras mesas no fueron obligatorias para los docentes, pero la tercera etapa de mesas virtuales sí fue obligatoria, con resultados satisfactorios. “Hubieron decisiones diferentes en el contexto nacional e internacional, y eso lleva incertidumbre en el plano local en cuanto a las decisiones a tomar” sostuvo. Así, destacó la importancia de tomar las experiencias que está marcando el actual contexto de la pandemia para pensar cómo aprovecharlas cuando se retorne al plano de una nueva normalidad. El rendimiento en la virtualidad. Por su parte, el Decano de la Facultad de Medicina de la UNNE, Dr. Omar Larroza, indicó que “cualquiera que se hubiese imaginado el peor de los escenarios para este año no se hubiese imaginado lo que reamente estamos viviendo con la pandemia”. De esta forma se refirió a la pandemia que ha generado mucha incertidumbre a profesionales, científicos, a los sistemas, poniéndolos en tensión, situación que se traslada a todas las esferas que no son estrictamente de salud, como la economía, producción y las relaciones humanas. “La certidumbre es la respuesta más difícil que podemos dar” señaló e indicó que mientras hay muchas expectativas por el desarrollo de vacunas o tratamientos, “la realidad nos indica que estamos frente a una pandemia con medidas tomadas hace cien años, como el aislamiento, el distanciamiento, la higiene de manos, o transfusiones con el plasma”. Comentó que ante la pandemia, la primera decisión fue disponer la virtualidad de las actividades, una medida difícil de tomar. En la Facultad de Medicina se venía transitando un camino hacia la virtualidad, pero no llegaban al 40% del contenido de las carreras en formato virtual. “La pandemia fue un punto de oportunidad, para visibilizar potencialidades y verificar las debilidades en función de contenidos y complejidades, y fundamentalmente de evaluaciones que es donde se determina el plano de calidad de los procesos de aprendizajes” señaló. Indicó que frente a la emergencia se adoptó una enseñanza remota, “y hoy enfrentamos la necesidad de planificación y de estrategias de calidad con respecto a la complementariedad de las herramientas virtuales para el proceso de enseñanza”. Explicó que al principio del cursado en la Facultad de Medicina, cuando no estaba la pandemia, el 69% de estudiantes estaban a favor de las herramientas virtuales, pero los docentes estaban compenetrados sólo en el 35% con las nuevas herramientas. Tras la aparición de la pandemia, fue creciendo el entusiasmo de los docentes con las herramientas de la virtualidad, pero fue llamativamente decreciendo el entusiasmo de los estudiantes. Considero que allí se vio ahí la necesidad de generar herramientas diversas, “que la virtualidad no sólo son las clases de zoom”, que la modalidad virtual no significaba sólo trasladar las clases presenciales a la “presencialidad en zoom”, sino que implica desafíos de cómo generar formatos de clases que interesen a los estudiantes. El Dr. Larroza indicó que pese a los esfuerzos por adaptarse a la virtualidad, la presencialidad es irremplazable para algunas carreras, entre ellas las ciencias de la salud. Comentó al respecto la necesidad de las prácticas que se hacen de manera presencial y que actualmente están suspendidas. Reiteró que el desafío es el acompañamiento en el impacto del rendimiento de los estudiantes en función de todas las variables y dimensiones que operan de lo que están ocurriendo social, económica y académicamente. Importancia de las competencias. Otra de las áreas disciplinares que tiene en la presencialidad un factor central, es la Ingeniería. En ese sentido, el Ing. José Basterra, Decano de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, comentó que la facultad venía entrando en un proceso de cambio, de pasar de una educación por contenidos a una educación por competencias, centrada en el estudiante, en el contacto docente-alumno. “Eso implicaba una transformación institucional, incluso en materia de infraestructura, y de un día para el otro vimos que el cambio era la virtualidad” indicó y agregó que como institución “tuvimos la capacidad de adaptarnos a la situación, en el contexto de incertidumbre, y todo lo que se hizo también nos llevó a pensar y repensar cómo seguirá esto en un escenario de cierta normalidad”. Consideró que “es momento de no dejar de aprovechar lo bien que se hizo, y aprovechar el material producido y la experiencia remota, como para que sea una herramienta más en la formación de los graduados”. Reiteró que el proyecto de una educación por competencias tiene en la presencialidad física un elemento trascendental, que no se reemplaza con la virtualidad, no obstante habrá que pensar en lo virtual con una mayor incidencia en el proceso formativo. Reconoció también que el entusiasmo inicial de los estudiantes al experimentar la modalidad virtual fue decayendo, y eso plantea el desafío de optimizar el aprovechamiento de las herramientas virtuales por parte de los docentes. También destacó la importancia de la vinculación con otras facultades para compartir experiencias que contribuyan a dar una mejor respuesta en medio de tanta incertidumbre. “Las 120 facultades de Ingeniería del país, públicas y privadas, compartieron muchas experiencias, lo cual a todos favoreció mucho para determinar cómo adaptarse a la nueva realidad. “La virtualidad en absoluto reemplazará a la presencialidad, pero la virtualidad debe ser una herramienta para mejorar la presencialidad” señaló y estimó que se podrá hacer un “mix” entre ambas modalidades, pero la presencialidad es clave en prácticas, laboratorios, y otras instancias formativas de carreras como las ingenierías. Expuso también que otro desafío es el estudiante, para identificar cómo están sintiendo este impacto de la pandemia y la consecuencia que puede llegar a tener en su formación. Los docentes e investigadores. También desde la Facultad de Ingeniería de la UNNE, el Ing. Mario De Bórtoli, Secretario de Investigación de esa unidad académica, se refirió a la labor de los docentes y en especial de los investigadores por la pandemia.
 
 
 
 
Sostuvo que, a su entender, el 75% de investigadores de UNNE no pudieron realizar la actividad científica, pues la mayor parte de los proyectos de investigación son experimentales, trabajos de campo y requieren la presencia física para la recopilación de datos.
Comentó que ante las limitaciones para las tareas de campo, surgió la propuesta que estos seis meses de actividad sean reemplazados por posgrados virtuales, para que en lugar de investigar se puedan brindar cursos de formación desde las distintas áreas de experticia.
Nueva normalidad. Por último, el Dr. Luis Merino, director del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, comentó que el instituto presenta una realidad distinta a las facultades por no tener habitualmente afluencia de estudiantes como las carreras de grado.
Pero sí suele registrar actividades con escuelas secundarias, estudiantes universitarios como adscriptos, pasantes, becarios, “y en este contexto se relegaron esas actividades”.
También se relegó la asistencia en cuanto a actividades de investigación, pues los investigadores formados no están asistiendo al Instituto de manera frecuente.
En la faceta formativa del IMR, se empezaron a brindar seminarios virtuales como alternativa, los cuales logran mayor convocatoria respecto a los seminarios presenciales, y además permiten la participación de cursantes de distintas procedencia geográficas.
“Cuando se vuelva a la normalidad, muchas cosas seguirán restringidas, y por eso las estrategias virtuales seguirán siendo una herramienta importante” sostuvo.