26/04/2024

​Creyó que nadie lo vería y hurtó una pala y ladrillos de una obra



Con poca gente en la  calle, pensó que no se darían cuenta. Arrimó su carro a una obra en construcción y cargó varios ladrillos y una herramienta. Vecinos advirtieron la maniobra y avisaron a la policía. Los efectivos lo ubicaron en la zona y, en un intento para evitar que lo atrapen, saltó del carro y pretendió escapar corriendo. Quedó detenido.
El procedimiento se realizó en la mañana del viernes, poco antes de las 10, dijeron ayer fuentes policiales.
Vecinos alertaron a la policía que había un sospechoso, con un carro tirado por un caballo, en una obra en construcción situada en Gobernador Castillo al 1900, de la capital correntina.
Personal de la comisaría 2ª avanzó hacia ese lugar, pero el carrero ya se había retirado. Iniciaron una recorridas por las inmediaciones y lo ubicaron en la avenida Teniente Ibáñez y Castillo. Al ver que lo seguía la policía, se arrojó del carro con intenciones de escapar corriendo. Un agente lo siguió y lo alcanzó. Se produjo un forcejeo. Se sumaron otros policías y lo redujeron quedando esposado.
Posteriormente se constató que en el carro había 30 bloques Nº 8 y 32 ladrillos Nº 15, además de una pala ancha. Se comprobó posteriormente que esos materiales habían sido sustraídos de la obra en construcción.
El detenido, de apellido Cáceres (36), quedó preso en la comisaría 2ª, y enfrenta cargos por robo y por violar el aislamiento social preventivo y obligatorio para evitar el contagio del coronavirus.

Jarrito causó alboroto

Un muchacho fue detenido por la policía en momentos en que mostraba sus genitales en la calle. Además, portaba un machete y estaba alcoholizado.
El procedimiento se realizó el sábado, cerca de las 18, en la zona de la avenida El Trabajador y un camino vecinal, de la localidad de Saladas.
Unos moradores, que viven en las adyacencias, advirtieron que el hombre,  conocido en el barrio como Jarrito Galarza, se hallaba exhibiendo sus genitales. Llamaron a la policía y avisaron que había niños y niñas mirando lo que hacía el muchacho, que a la vez hablaba en voz alta pero no se entendía lo que decía.
Una patrulla se dirigió a esa dirección y encontró a Jarrito con sus partes pudendas a la vista. Con la llegada de la policía, aumentó la presencia de curiosos. Mientras los padres se ocupaban de llevar a sus hijos hacia adentro de sus viviendas, algunos vecinos se quedaron para seguir el desenlace de la cuestión. 
Los policías estaban con barbijos y guantes, pero no para agarrar lo que el tipo debía tener oculto. Los guantes lo tenían  por prevención al contagio del coronavirus.
El personaje del barrio no estaba en condiciones de entender sobre el virus. Se hallaba muy alcoholizado. También los agentes se dieron cuenta de que tenía un machete, por lo que debieron extremar los recaudos para no ser sorprendido ante una reacción inesperada.
Entre gestos y tensas conversaciones, los policías lograron que Jarrito ordenara su bragueta y, para entonces, ya estaba desarmado. Lo llevaron a la comisaría y deberá comparecer ante la Justicia por supuestas exhibiciones obscenas, alteración del orden público y violación al aislamiento social preventivo y obligatorio para evitar el contagio del coronavirus.