Alertan sobre daños que causan los chanchos salvajes en el ecosistema y la producción
El avance de las especies exóticas puso en alerta a ambientalistas y productores. Las piaras arrasan con todo a su paso. Desde Recursos Naturales estudian declarar como “plaga” a estos animales, que, junto con los ciervos axis, fueron introducidos y se reproducen sin control. Temen por los ciervos de las pampas y de los pantanos, que son desplazados de su hábitat.
Raúl Mendoza
Redacción de La República
La población de chanchos salvajes crece de manera exponencial y pone en riesgo el medio ambiente, su equilibrio biológico y actividades agropecuarias de la región. Productores y ambientalistas coinciden en destacar “lo dañino que es este animal, que se reproduce rápidamente, arrasando todo a su paso”. La problemática es uno de los pocos temas en los que dos miradas antagónicas coinciden en las medidas que se deben tomar.
La población de especies exóticas, como el chancho salvaje, el ciervo axis, el antílope africano y el ciervo colorado, afecta el medio ambiente y provoca el desplazamiento de las especies autóctonas. Si bien la caza irresponsable y sin los permisos necesarios es un problema, ella en muchos casos termina siendo la consecuencia de lo que generan las especies exóticas en nuestro territorio. El ciervo axis y el chancho salvaje perjudican a las especies autóctonas, que están protegidas y son patrimonio nacional, como el ciervo de las pampas o de los pantanos.
“El ingreso de estas especies exóticas data de hace más de cien años en Argentina. Se las introdujo para cotos de caza, luego se empezaron a reproducir sin control, saltaron los cercos de los campos donde estaban y empezaron a migrar a diferentes regiones”, aseguran desde las zonas rurales correntinas. La cruza con el chancho doméstico que migró hacia el monte con el jabalí, empezó a dar lugar a los híbridos que conocemos en la actualidad como chancho salvaje.
Daniel Segovia, abogado, especialista en evaluación ambiental y profesor de derechos agrario y ambiental de la UNNE, dejo su visión de esta problemática y el daño que causa el ciervo axis, pero más aún el chancho salvaje en los ecosistemas, en diálogo con La República.
“En Corrientes el mayor problema es el chancho salvaje por el daño que provoca. Es un animal omnívoro: come raíces, plantas, huevos de víboras, pájaros y hasta pequeños mamíferos. Es mucho más dañino que el ciervo axis. Es el apocalipsis para nuestros ecosistema”, dijo el especialista.
Estas dos especies exóticas invasoras están incluidas en la lista de las 100 más dañinas, tipificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. “Como toda especie introducida, trae una problemática asociada, porque no tiene depredadores naturales que controlen sus ciclos de reproducción. Como consecuencia, se expande y arrasa con todo a su paso”, indicó Segovia.
Por su parte, Martín, un productor agropecuario, apuntó que hay productores que “dejaron de criar ovejas porque el chancho se come las crías y el perjuicio que hace es importante. La zona sur es una de las más afectadas con esta especie, que viene expandiéndose por toda la provincia”, dijo.
Control poblacional
Hay muy pocas experiencias de control poblacional del chancho salvaje. El parque nacional El Palmar viene, desde hace más de 10 años, trabajando en un esquema público-privado para controlar el avance de este animal. Al advertir que los chanchos se comían los brotes de la palmera yatay, las autoridades se pusieron manos a la obra. Si bien lograron mantener a raya a la población de chanchos salvajes, se disparó la reproducción del ciervo axis, cuya cría era el principal alimento del chancho.
El parque nacional El Palmar, en Entre Ríos, permitió el ingreso de cazadores, que van acompañados de guardaparques para la cacería del chancho. Luego, se hacen los estudios bromatológicos. Y si la carne es apta para el consumo, se dona a comedores y el resto llevan los cazadores. Esta articulación público-privada funcionó bajo estrictas medidas de control.
“El Palmar tiene 10.000 hectáreas. En Corrientes todo es más difícil porque el Iberá tiene una extensión de 750.000 hectáreas de reserva provincial y 5500 de reserva nacional. Querer avanzar con una experiencia similar es casi imposible”.
El problema es complejo y el desafío de los gobiernos es articular estrategias en conjunto para hacer frente a esta amenaza constante para nuestro ecosistema. Las zonas productivas y el área de reserva de los esteros del Iberá están amenazadas por estas plagas que se expande sin control.
Declararla como plaga
El director de Recursos Naturales, Carlos Bacqué, confirmó que está en estudio la posibilidad de declarar oficialmente como plaga a las especies exóticas por el daño que provocan al medio ambiente. Si bien aún no hay una definición en este sentido, la autorización para cazarlo sin precinto y todo el año, los fines de semana y feriados nacionales con autorización del dueño de la estancia, es una manera de controlar el avance de la población. Esta especie es muy prolífica, puede tener entre 12 y 15 crías en el año.
Es uno de los mamíferos grandes más prolíferos, factor este que influye sobre su explosión demográfica y dificulta su control. No hay estación reproductora fija y las hembras pueden tener dos camadas por año que nacen casi en cualquier época, de las cuales el 60% es hembra y el ciclo reproductivo se expande.
El ciervo axis también se puede cazar todo el año, pero con precintos que cuestan 300 pesos y el carnet debidamente habilitado por el órgano de contralor. La temporada de caza se habilita de mayo a agosto, pero para el ciervo axis y el chancho salvaje está liberada dentro los parámetros mencionados.
El perjuicio y las calamidades que generan estas especies exóticas a nuestro ecosistema pusieron en alerta a varios sectores que insisten en trabajar con un programa de control o erradicación del territorio correntino.
Animales gigantes
A mediados de diciembre del año pasado , circuló en las redes sociales y a través de WhatsApp la foto de un chancho salvaje cazado en la zona de Mercedes.
El monstruoso animal tenía más de 300 kilos.
Estos se desplazan en piaras, arrasando con todo a su paso. En la foto se puede dimensionar la inmensidad de estos bichos.
