26/04/2024

Decenas de fieles de Ramada Paso peregrinaron hasta Itatí

Un nutrido grupo de devotos de la Virgen Morena llegó hasta su casa, con San Antonio como guía. Así, concretaron la edición 87º de la marcha de fe desde la parroquia del patrono.



Junto a la imagen de su santo patrono, San Antonio de Padua, decenas de feligreses de la comunidad de Ramada Paso peregrinaron, en la jornada del domingo, hasta la Basílica de la Virgen Morena de Itatí. 
La columna de fieles partió a las 5:30 desde la capilla ubicada por la avenida 13 de Junio de Ramada Paso y tomaron la ruta provincial 89. Al llegar al Atajo, se sirvió el desayuno y prosiguieron la marcha, en la edición número 87, para arribar a Itatí minutos después de las 9. 
El padre Derlis Sosa, capellán de Ramada Paso, los acompañó en el último trayecto y les dio la bienvenida en el atrio del templo. Luego participaron de la celebración eucarística de las 9:30. 
Antes de finalizar la misa, el padre Derlis invitó a las embarazadas que se hallaban en el santuario para que pasaran adelante en donde las bendijo “sumándonos a nuestra Iglesia que mañana celebra el Día del Niño por Nacer” dijo. 
También, antes de concluir la misa de las 9:30, se acercó al altar un numeroso grupo de niños que pertenecen a las categorías Sub 9, Sub 10 y Sub 11 del Club Huracán Corrientes, para agradecer a la Virgen por los logros obtenidos. 
El padre Derlis los bendijo y felicitó a los dirigentes por la tarea que realizan, preservando a los niños y jóvenes de adicciones como la droga y el alcohol, incentivándolos a la práctica deportiva.

Por qué peregrinar

“La peregrinación supera todas las respuestas que podamos dar, porque peregrinar es una muestra de fe, es un signo de fe. Cuántas veces, en los lugares donde hay dolor (un hospital, una cárcel) descubrimos que a pesar de todo hay sonrisas, que hay alegría”, es casi la reflexión común de quienes peregrinan rumbo a la casa de la Virgen Morena. 
“La peregrinación es una parábola de esperanza, hay un gozo profundo de saber que hay ‘alguien’ que nos espera y a la vez viene caminando con nosotros. No se peregrina para hacer proselitismo, ni para mostrar a los demás cuán fuerte soy, el peregrino cuando camina está mostrando que hay algo que anima el corazón, que hay una usina de fe en su vida. El peregrino aprende a lo largo de su vida qué cosas llevar en su mochila y qué no, y al llegar a la casa de nuestra Virgen ofrecerle todo lo que somos”, aseguran.