26/04/2024

La enterró viva porque no quiso tener relaciones sexuales con él

María Itatí Aguirre (24), de San Luis del Palmar, era asediada por Vicente Aguirre (19), su primo. El 14 de agosto de 2010, la joven desapareció abruptamente. La hallaron sepultada el 2 de septiembre. El autor cumple prisión perpetua.



De pronto, la rutina de María Itatí Aguirre (24) se interrumpió abruptamente. No llegó a su casa, en San Luis del Palmar, y la angustia y preocupación de su familia fue creciendo al avanzar las horas y perder todo contacto. La situación se puso más dramática cuando una hermana concurrió al domicilio en la ciudad de Corrientes donde María trabajaba como empleada doméstica y le manifestaron que ese día se había retirado, como de costumbre, en su horario habitual pero al día siguiente no se presentó a cumplir con su compromiso. Se dispararon las conjeturas y se empezó a hablar de que había sido captada por una banda dedicada a la trata de personas con fines de prostitución. A esa altura de las circunstancias, ya intervenía la policía y la Justicia. Nada se sabía sobre su paradero y la prensa local  se ocupó del caso.
La investigación empezó a tener unos primeros indicios hasta que se llegó a un sospechoso: su primo Vicente Aguirre. 
Se sabía en el círculo íntimo de María que el joven la acosaba. Finalmente, el muchacho fue detenido y admitió el crimen. Quería mantener relaciones con su prima, pero, al no responder a sus deseos, la estranguló y, aún con vida, la sepultó. Lo procesaron. Llegó el juicio y lo condenaron a perpetua. 
Una ropa de la víctima hallada en la casa de Vicente fue una de las piezas claves que lo terminaron incriminando.

Su último día en el trabajo

El sábado 14 de septiembre de 2010, María Itatí Aguirre terminó su tarea de servicio doméstico, en un domicilio de la ciudad de Corrientes. Se despidió de los dueños de casa como la hacía habitualmente y se retiró. Fue la última vez que la vieron con vida.
Una chica introvertida, de buenos modales y responsable en su trabajo. Un perfil que suele definir a la gente del interior, comentaron sus allegados. Nada hacía suponer el trágico y macabro final.
Testigos dijeron que la vieron caminar hasta Santa Fe y la avenida 3 de Abril. Luego, no se supo más nada de ella.

Demora inquietante

María vivía en San Luis del Palmar, pero era oriunda de Her­litz­ka, un pueblo del departamento de San Luis del Palmar, que creció en los alrededores de la estación del ferrocarril. Cuando el ramal se levantó, la mayoría de los habitantes emigraron.
La demora en llegar a su casa empezó a inquietar a su familia. No era una chica de andar perdiéndose varios días o llegar más tarde sin avisar.
Una de sus hermanas, Antonia, le envió mensajes de texto a su celular. No respondió. Entonces, la llamó. Nada. El paradero de María fue creciendo en misterio. Se hicieron algunas averiguaciones y no se consiguió la respuesta esperada. Hablaron con su novio, Simón López, que desconocía la situación.
En la mañana del lunes 16 de septiembre de 2010, su hermana Antonia se presentó en la comisaría 3ª y radicó la denuncia. También se hizo tiempo para ir hasta la vivienda donde trabajaba. Allí le dijeron que no sabían nada y que había resultado curiosa su ausencia.
A la denuncia, la familia sumó a la prensa en la búsqueda y se difundió la solicitud de paradero.
Había sospecha de una organización de trata de personas. 
El rumor se despejó cuando la encontraron sepultada cerca del cementerio de San Luis del Palmar, el 2 de septiembre.


El 5 de noviembre de 2014, el Tribunal Oral Penal Nº 2 condenó a Vicente Ramón Aguirre a prisión perpetua. Cumple la condena en la Unidad Penal Nº 6 de San Cayetano.

Un saco sepultó todas las coartadas

Cuando la policía, con intervención de la Justicia, comenzó a ocuparse del caso se dispusieron varios allanamientos en las localidades de San Luis del Palmar y San Cayetano. También se hizo una verificación en el domicilio donde trabajaba y en la casa de su novio, Simón López. Nada se encontró.


Al avanzar la investigación, surgió el nombre de un sospechoso por el relato de testigos. Vicente Ramón Aguirre acosaba a su prima María Itatí. En el allanamiento a su vivienda, encontraron un saco que era de la víctima. Mabel Roa Yenchi, en su declaración testimonial, dijo que esa ropa se la regaló su concubino, Vicente, quien no supo dar una explicación coherente de cómo llegó esa prenda a su casa. Quedó detenido y, ya en compañía de su abogado, se quebró y contó lo que había ocurrido. Indicó dónde la sepultó.
La joven fue atada de pies y manos. Estaba en la fosa, de unos 60 centímetros, en posición fetal. Tenía un trapo en la boca y la cabeza cubierta con un pulóver anudado al cuello. La autopsia reveló que murió por sofocación.
Vicente dijo, en su declaración, que pasó a buscar la pala por el frigorífico donde trabajaba, para retirarla. Previamente, con su moto, esperó que saliera de su trabajo María Itatí  y le ofreció llevarla a la casa. Ella aceptó.