26/04/2024

Para el gobernador, la reunión entre Macri y los referentes de la UCR fue “tranquilizadora”

Valdés, los otros dos gobernadores radicales y los representantes legislativos del partido cenaron con el presidente y sus escuderos. Abordaron temas de la economía y política. Dijo que los dichos de Carrió fueron “un mal chiste”.



Gustavo Valdés participó el martes de una cumbre de gobernadores y legisladores de la UCR en la Casa Rosada, que se prolongó después con una cena en la residencia de Olivos con la presencia del presidente Mauricio Macri, con una agenda definida: cerrar filas entre los dos principales socios de Cambiemos para avanzar en la discusión con el PJ sobre el Presupuesto 2019 y dejar atrás algunos cortocircuitos en la coalición gobernante.
Macri y los máximos representantes del Ejecutivo dedicaron buena parte de la jornada a bajar la tensión con la UCR, principal socio del PRO en Cambiemos. Los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo; de Corrientes, Valdés, y de Jujuy, Gerardo Morales; el senador Ángel Rozas; el jefe del interbloque de Diputados, Mario Negri, y el exsenador Ernesto Sanz, llegaron a la Casa de Gobierno pasadas las 17.30. Del otro lado, los recibieron en el despacho del jefe de Gabinete, el anfitrión Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Más tarde se sumó el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Al respecto, el gobernador correntino señaló que el diálogo con el titular de las finanzas a escala nacional fue “tranquilizador”, ya que “lo peor de la crisis ya pasó”.
“Nos tranquilizó mucho la reunión porque hablamos de economía y los factores de recuperación de acá en adelante. Lo peor de la crisis ha pasado, hemos tenido los reflejos necesarios sin mayores consecuencias. Creemos que el año que viene será distinto, será mejor”, dijo Valdés en la tarde de ayer en la Casa de Gobierno, en la entrega de subsidios de la que participó el secretario de Deportes de la Nación, Carlos Mac Allister.
Otro de los temas fue el Presupuesto, donde los referentes radicales y el presidente repasaron los términos del ajuste fiscal y comenzaron a definir el grado de recorte para cumplir con reducción del déficit a 1,3% del PBI el año próximo, la meta a la que se comprometió el Gobierno en el acuerdo con el FMI.
“Estuvimos hablando de Presupuesto, de la cuestión económica y de cómo impactó la corrida cambiaria. Sabemos que hay más tranquilidad en el mercado, estamos en una crisis [de la] que no es fácil salir y tenemos que ver cuál es el impacto en el Presupuesto del año que viene”, dijo Valdés.
Ayer, los ministros de Economía de los 3 distritos que controla el radicalismo (Corrientes, Jujuy y Mendoza) se reunieron para afinar números con Dujovne y Frigerio.
A Dujovne los radicales le confirmaron que apoyan las gestiones con el FMI y de allí salió la decisión de lanzar una estrategia política para sostener el “ajuste con crecimiento” que propone el Gobierno. El propio Rozas había dicho: “Todos coincidimos en que no se puede seguir con este déficit fiscal”.
De esa reunión salió el compromiso de aceptar las medidas y el ajuste de las cuentas públicas que, según el Gobierno, aunque despacio, irán estabilizando la economía. De hecho, hubo una puntada final: en la UCR se comprometieron a apoyar la política de absorción de pesos que lleva adelante el Banco Central para quitarle presión al dólar. Es decir, a aguantar las críticas sobre el impacto que esas medidas están teniendo en la economía real y, sobre todo, las pymes.
Los números no desplazaron a la política. Frigerio y Peña explicaron a sus socios la estrategia de reuniones bilaterales con el peronismo para consensuar un proyecto de Presupuesto y presentarlo antes del 15 de septiembre, fecha límite.
Esas reuniones reservadas con gobernadores y dirigentes del PJ para avanzar en la viabilidad de un acuerdo por el Presupuesto no cayeron bien en los radicales y menos aún el cruce mediático con Elisa Carrió, que “en broma” había asegurado que controlaba a los radicales.
Al respecto Valdés señaló que fue “un mal chiste” que cayó mal en algunos sectores partidarios, aunque dejó en claro: “El presidente no tiene que contestar por Carrió. Esos chistes fueron incómodos, sin lugar a dudas”.