01/05/2024

El PJ no logra reagruparse, pero Camau y Cemborain se anotaron para 2021

El Foro de Intendentes había pedido trabajar en un proyecto de cara a la gente, pero dos de los referentes le contestaron con candidaturas. Los jefes comunales muestran mejor entendimiento con el gobernador Valdés.



En el Partido Justicialista (PJ) de Corrientes, la unificación de criterios se encuentra lejos. Mientras que los intendentes que alcanzaron la victoria en las elecciones de 2017, buscan mantener una relación institucional madura con el Gobierno provincial y destacan la actitud dialoguista del gobernador Gustavo Valdés, quienes se encuadran como los “mariscales de la derrota” y la debacle justicialista, ya comienzan a mirar los cargos que se pondrán en juego el año entrante.
El exintendente de Mercedes Víctor Cemborain, hoy funcionario de su esposa Elvira, volvió a ratificar el viernes, en declaraciones a la prensa de su ciudad, que pretende pelear la Gobernación de la provincia en 2021. En esta misma línea de acción se ubica el eterno candidato Carlos Mauricio Camau Espínola, quien también dijo semanas atrás que continúa trabajando para ocupar el sillón de Ferré cuando finalice el mandato de Valdés.
Como si fuera un desafío al pedido realizado desde el Foro de Intendentes del PJ, donde los jefes comunales pidieron que se trabaje en un proyecto político para presentarlo de cara a la sociedad y que no se agote solo en una cuestión de candidaturas, las manifestaciones de ambos referentes del peronismo local representan un revés a la visión que plantearon los dirigentes del interior.
No obstante, esta situación les da mayor plafón a los hoy jefes territoriales justicialistas, que entienden que deben ser protagonistas en la toma de decisiones si no quieren caer en recetas repetidas cuyos resultados ya se conocen. Sin un liderazgo claro dentro de la escuadra de Perón y Evita, y todavía sin tener un punto de vista de cómo se alinearán para el año entrante para las elecciones presidenciales, cada sector improvisa la estrategia más conveniente para el momento que les toca vivir.
Si bien tanto Camau como  Cemborain se muestran por fuera de lo orgánico partidario, siguen siendo dos recursos importantes para el armado del esquema de oposición a escala provincial. De hecho el mercedeño tiene su propio sello político que venía aliado al PJ K durante los últimos años, que lo llevaron a ser intendente en dos oportunidades, y desde donde pretende tomar impulso para intentar la empresa de hacerse del Gobierno de la Provincia. Pero para que esa candidatura sea seria, no puede despegarse del justicialismo, porque no cuenta con la estructura provincial suficiente para afrontar ese desafío.
Otra de las cuestiones que le juega en contra Cemborain es la cuestión generacional. Está comprobado que el hecho de no tener en cuenta ese factor puede determinante en una elección, considerando la nueva impronta política marcada por Cambiemos. En este sentido, Camau seguiría corriendo con una ventaja, siempre y cuando no se presenten algunos de los nuevos exponentes que tiene la fuerza en sus flamantes intendentes de San Roque, Raúl Hadad, y también el de Paso de los Libres, Martín Ascúa.
Lo cierto es que en el PJ no se avanzaron aún con las acciones correspondientes para hacer la autocrítica necesaria de las elecciones del pasado año, y tampoco el debate de fondo que tiene que ver con la renovación de mesa directiva, poniendo actores que realmente puedan reconstruir un justicialismo fracturado y sin rumbo claro.