06/05/2024

Stanovnik, en el tedeum: “El aborto es declarar la pena de muerte de un inocente”

El arzobispo de Corrientes se pronunció enérgicamente contra la interrupción del embarazo en su homilía por el 9 de Julio. 



La Iglesia argentina aprovechó este el tedeum por el 9 de Julio para ratificar su postura en contra del aborto, en momentos en que el Senado de la Nación empezó con el debate sobre la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, aprobada ya en la Cámara de Diputados. El arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, dijo en el oficio religioso en la iglesia de la Merced, en esta capital, que el aborto es “declarar la pena de muerte de un inocente”.
“En las interminables discusiones sobre el aborto fuimos testigos de la mayor mentira que pudiéramos imaginar: que es bueno, saludable y verdadero matar a una criatura en el vientre de su madre”, expresó Stanovnik en el tedeum por los 202 años de la Declaración de la Independencia.
Recordó que, antes, “frente a un embarazo no deseado”, lo primero que hacían las familias “era estar cerca y acompañar a la niña o adolescente madre. Luego, la abuela, la tía o un pariente se hacía cargo de la criatura”. “¿Quién nos exige ahora declarar la pena de muerte de un inocente? ¿De dónde nos viene esta confusión?, ¿cuál es el fin que se persigue?”, se preguntó el arzobispo en su homilía, centrada en cuestionar el proyecto de ley de aborto legal que trata el Congreso.
Stanovnik manifestó que Corrientes, como la Argentina, “nace católica, con profundas raíces cristianas. Si negligentemente dejáramos que se diluyeran los fundamentos de ese proyecto humanizador y cristiano, me pregunto a cuáles dioses estaríamos dispuestos a entregar la verdad de nuestra vida, a qué Estados extraños a nuestra idiosincrasia someteríamos nuestra conciencia y nuestra libertad, a qué poderes tenebrosos estaríamos delegando la decisión de quiénes tienen que vivir y quienes no, a quiénes estaríamos entregando el presente y el futuro de nuestras generaciones”.
El arzobispo remarcó que “la confrontación beligerante es lo que venimos viviendo en esta discusión en estos meses sobre el aborto, que de diálogo ciudadano no tiene nada. La confrontación beligerante y descalificadora del otro no sirve para nada”, afirmó.
“Necesitamos estar muy atentos de no dejarnos engañar con las mentes fanáticas sean que provengan de los ambientes políticos, culturales o religiosos. A esos grupos se los reconoce por su carga de hostilidad, agresión y descalificación hacia todo aquel que no coincide con ellos. Ese modo de ser no corresponde a la condición humana y menos aún a quien opta por un modo cristiano de vida”, añadió.
Stanovnik consideró que “en el enfermo corazón argentino no termina de germinar un deseo sincero y profundo de encontrarnos y construir entre todos un destino común en que la defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, sea clara firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada”. Y marcó que “igualmente es sagrada la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono y la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta, los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud y las nuevas formas de descarte, como lo dijo el papa Francisco”.

“Vale toda vida”

En Tucumán, el arzobispo Carlos Sánchez instó este lunes a “defender la vida” y sostuvo que “el aborto es muerte” durante el tedeum por el 9 de Julio, del que el presidente Mauricio Macri no participó. Sí estuvieron presentes la vicepresidenta Gabriela Michetti y el gobernador de Tucumán, Juan Manzur.
“Tenemos que seguir edificando la nación de roca sólida. En la base de nuestra sociedad está el valor inalienable de la vida. Por lo tanto, respetemos este derecho de la vida que tiene todo ser humano, que tiene todo argentino”, expresó el arzobispo de Tucumán en su homilía.
El religioso instó a “oír la voz de los que no tienen voz, de los marginales de la patria, de los que están en el seno materno, y no de los que más gritan”. “El aborto es la muerte de un inocente, de un niño, de un argentino”, dijo y advirtió que “nadie tiene derecho a eliminar la vida de otro ser humano, porque vale toda vida”.
“Vale toda vida, no hay sobrantes en la Argentina. El aborto es la muerte de un inocente. No nos engañemos ni dejemos engañar”, enfatizó.