Un sindicalista que tuvo cargos en Corrientes fue detenido como líder de una banda narco
Un dirigente sindical que paso por Corrientes como secretario gremial de una organización portuaria, fue detenido en la provincia de San Luis acusado de ser el líder de una organización narco que distribuía 6 kilos de cocaína semanales en la zona de Villa Mercedes, desde donde había montado una narco banda familiar con la que estaba “construyendo nuestro imperio” según el mismo decía en charlas telefónicas con sus cómplices que fueron interceptadas y grabadas por la Justicia Federal.
Se trata de Juan Carlos Insúa, quien no sólo mantenía fluidas relaciones políticas y gremiales desde hace años en la provincia de San Luis, sino que además participó de la campaña de 2019 de Alberto Fernández, como representante del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos, SUPA, de Corrientes, tiempo en el que también operó como miembro del gremio de Patrones Portuarios.
Insúa fue quien lanzó desde la Federación de Químicos y Petroquímicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Frente Sindical por la Cultura y el Trabajo, desde donde se pregonaba “una nueva Argentina”, con la consigna y “el compromiso claro de que es necesario trabajar en conjunto para poder recuperar el bienestar de la Nación”.
Ahora, tras la fachada de secretario adjunto en el Sindicato Obrero de Frigoríficos Empleado de Carne y Afines, S.O.F.E.C.A., y en la Federación de Trabajadoras y Trabajadoras Agrarios, Fe.T.A.R.A, fue acusado de traficar unos 6 kilos por semana de cocaína que adquiría de un proveedor peruano y, a través de la Ruta Nacional N°7, la banda distribuía en Villa Mercedes y Merlo.
Entre las evidencias más fuertes en contra de lo que se denomina en San Luis por estas horas una “narco banda familiar”, se encuentran lo que revelan los más de 50 teléfonos celulares que fueron incautados en los más de 30 allanamientos ejecutados por Gendarmería Nacional y la Policía de provincial.
Por ahora un total de cinco hombres y cuatro mujeres son los sindicados de vender cocaína en Villa Mercedes. Insúa está señalado como el líder, mientras que su esposa, su suegra, su cuñada, y su hermano cumplían distintas tareas en la organización.
Insúa, su familia y otros detenidos son acusados del delito de tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en la modalidad de comercialización agravada por haber intervenido en los hechos tres o más personas, una pena que podría llegar a los 20 años de prisión.
Juan Carlos Insúa fue grabado en sus conversaciones telefónicas con sus cómplices afirmando que “esto es una empresa. Estamos construyendo nuestro imperio a la talla y a la medida que nosotros queremos. No paramos de mejorar, pero podríamos mejorar más rápido y más fuerte y más firme”.
En sus teléfonos fueron hallados dos videos que lo muestran junto a una mujer bailar al ritmo de la cumbia a bordo de una lancha en Miami, en un traje de baño color naranja fluo, junto a quien sería principal testaferro y prestanombre de la organización: Sandra Conchaert, su pareja.
La investigación está a cargo de Danilo Miocevic, titular de la Fiscalía Federal de Villa Mercedes, y la Procunar, encabezada por Diego Iglesias, y la Auxiliar Fiscal Florencia Compaired.
En los teléfonos secuestrados se lo escucha relatar que “en el peaje de Junín, la Gendarmería a pleno. Me pararon… decí que le mandé chamuyo con el Sindicato, que esto y el otro, y no me revisaron. Está complicado el peaje de Junín. De pedo, safé recién. Me tuvieron media hora ahí”. El mensaje estaba dirigido a su socio en la maniobra, identificado por los investigadores como Raúl Ramayo, ahora también detenido.
Las conversaciones, transferencias bancarias, fotografías, y otros elementos de prueba, muestran que los envíos se realizaron por, al menos seis meses, entre diciembre de 2023 y junio de 2024. De esta manera, se estima que Insúa y Ramayo tuvieron una ganancia de $35.000.000 semanales, o bien, unos $140.000.000 mensuales. Es decir, un flujo total de $840.000.000, equivalentes a 120 kilogramos si es que sólo operaron durante ese tiempo.
Insúa alquiló un campo en San Luis, en supuesto carácter de delegado gremial, en una zona denominada “Quinta de Fetara”, lindera a la ruta 8 y llamado por el graciosamente como “El campo de merca”. En ese sitio entregaba los panes a Diego “El Gaucho” Funes, el eslabón dedicado a la distribución de la droga a través de múltiples revendedores. Además la organización utilizaba como centro de operaciones otra quinta llamada “De Las Palmeras”, ubicada al lado del Hipódromo de Villa Mercedes, sobre un camino vecinal próximo a la ruta 7.
“¡Si señor! Lo voy a estar esperando", le dice Funes en una de las conversaciones interceptadas. “De paso ahí yo te doy las fichas. Te dejo las fichas y listo, así no estamos con las fichas mías. No sé de cuántos novillos son las fichas. No sé si no son de todos. No sé de todos, pero de tres seguro. De dos o de tres novillos que me vas a traer vos. De paso le doy las fichas ahí nomás. ¿Qué decís vos?”, agregó el cómplice que hablaba en código: “fichas” es dinero y “novillos” son los kilos de cocaína.
Al parecer, “El Gaucho” Funes pedía la droga con frecuencia. Así se lo explica Insúa a Ramallo: “Va a estar esperándote, está desesperado porque me esperaba ayer, y ya me está diciendo que el lunes quiere… tiene un ritmo bárbaro. Por eso cuando vengan estos a fin de mes, ya les dije, tenemos que estar allá con las cosas". “Te va a esperar con los brazos abiertos y te va a dar plata“, remarcó.
También hizo referencia a sus planes de expansión: “Con el ritmo del Gaucho, lo que tenés vos allá y si le sumamos Mendoza, en tres o cuatro meses estamos en otra galaxia, amigo”.
Además de Insúa y su familia, fueron detenidos Héctor Ramayo y Natalia Amar, otra mujer que se ubicaría en la segunda línea de la organización, y de dos hombres que actuarían como revendedores, además del hijo de Insúa que conducía una concesionaria en Escobar, provincia de Buenos Aires, y un empleado de Aerolíneas Argentinas que vive en el barrio de Recoleta en CABA.
Estos dos están señalados como se los proveedores de losr vehículos para el reparto de la droga en Merlo, como también de transporte de estupefacientes hasta San Luis y de dinero. Planeaban comenzar a llevar la droga hasta España.
Juan Carlos Insúa de 55 años, nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde vivió hasta los 5 años donde, cuando su familia se mudó a la localidad de Zelaya del partido de Pilar. Desde los 22 años íntegro trabajo social en el norte argentino, en las localidades de Salta y Jujuy de la mano de monseñor Olmedo.
Militante peronista desarrolló su experiencia en la dirigencia gremial aunque nunca trabajó en los rubros cuyos sindicatos integro con cargos jerárquicos. En 2010 entró a trabajar directamente con los sindicatos en el área de Salud asesorando y con la misión puesta en la política y el trabajo territorial.