Las historias de los aprendices del Paraná
Los ríos son áreas geográficas que –al igual que cualquier otra-, poseen sus propias dinámicas, características y particularidades. A su vez, constituyen un recurso natural muy generoso, aunque también temerario en momento de desbordes. En ese sentido, la Mesopotamia argentina es una región surcada por muchos de ellos de diversos calados y condiciones, pero el de mayor portento es el Paraná, ese maravilloso y ancho cauce que nace en el Brasil profundo y desemboca en el inmenso río de la Plata.
Aquellos hombres conocidos como los visionarios de la Década del ‘80 (año 1.880), consideraron que a la vera del mismo debían generarse propuestas educativas que permitieran capacitar a decenas de jóvenes para desempeñarse en las más diversas labores relacionadas con dicho río. Así, comenzó a pensarse y soñarse con Escuelas de Aprendices de distintos oficios, como también con el concepto de Hidrovía Paraná-Paraguay y el de contar con un organismo que se encargara de cuidado y control formal. Esto último dio paso a la otrora Dirección de Vías Navegables que alcanzó esta formalidad allá por el año 1.946, en tiempos en que Juan Domingo Perón fue presidente.
Estos párrafos introductorios tienen la intención de contextualizar sendas charlas que Quintaesencia mantuvo días atrás, con los promotores y protagonistas del documental Aprendices del Río que será estrenado el 15 de diciembre en la Dirección de Vías Navegables, ubicado en el puerto correntino. El mismo estuvo a cargo de Verónica Aquino y José Fillau, quienes tuvieron a su cargo la recopilación de la información, el guion, filmación y posterior edición.
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