18/04/2024

​Dos ríos del interior correntino están secos y culpan a un gigante de la producción arrocera



La cuestión se hizo pública desde la difusión en las redes sociales de un corto video que muestra algo que sucede campo adentro, lejos de los lugares de mayor circulación, pero que tiene un impacto muy fuerte en el medio ambiente. Dos ríos de la provincia de Corrientes están en varios de sus tramos secos o casi secos, producto en parte por las pronunciadas sequias y en gran parte por la mano del hombre. Los dedos acusatorios señalan a una gigantesca empresa agropecuaria que para producir arroz prácticamente acaparó toda el agua de la zona.
 
Se trata de los ríos Corrientes y Miriñay. El primero está prácticamente cortado aguas debajo de Paso López, el puente de la ruta provincial que une Goya con Perugorría. En esa zona hay instaladas 7 bombas de la firma arrocera multinacional Adecoagro. Las bombas extraen la poca agua que queda para completar una represa construida en la zona a modo de reservorio para regar las 10.000 hectáreas de arroz que tiene plantadas la empresa.
   
Sin dudas que el río Corriente es el más afectado. A la extracción salvaje de agua de su curso por parte de Adecoagro y una docena más de explotaciones arroceras que existen a sus orillas, hay que sumarle que por lo menos en los tres últimos años no hubieron precipitaciones importantes, todas estuvieron por debajo de la media anual.
 
"Adeco tiene dos explotaciones sobre el río Corriente y tiene instaladas siete bombas, con lo que se ubica como uno de los consorcios productores que más agua extrae del río, es una empresa grande que tiene miles de hectáreas con lo cual nos viene perjudicando a nosotros que tenemos muchísimos años", se quejó Pedro Tomasella, presidente de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, organización que ya no oculta más su descontento con el gigante arrocero multinacional.
 
 El sector relama mayores controles y la toma de previsiones por parte de las autoridades, pero sin dejar de apuntar a Adecoagro como principal responsable: "tenemos como mínimo 50 años produciendo en la zona, y esa empresa con semejante cantidad de hectáreas vino a agravar la situación" se quejan.
 
La otra cuenca que está sufriendo el impacto de la sequía, la extracción de agua sin controles y, en este caso, el desvío de aguas del río hacia cursos no naturales es el río Miriñay, que nace en el Iberá, a la altura de Carlos Pellegrini, y termina desaguando en el río Uruguay.
 
Pese a ser un río habitualmente caudaloso, por estos días puede verse el lecho del río Miriñay pedregoso y sin agua. Algunos charcos salteados es todo lo que queda de este curso de 285 kilómetros de una extensión que ha sufrido más de un desvío de su cauce por parte de emprendimientos arroceros que de esa manera “meten agua” en sus reservorios, dejando secos a los que están aguas abajo al extremo que "hay hectáreas de plantaciones de arroz que ya no se riegan porque los productores no tienen agua”.
 
En otras palabras, riega el más poderoso o el que esta aguas arriba de los ríos y son más rápido para hacer desvíos. Los demás pierden.
 
Desde la Asociación de Productores de Arroz de Corrientes buscan reunirse con funcionarios provinciales para plantear las causas de la sequía, la cerca de los  caudales y sus quejas contra el monstruo Adecoagro. Tomasella reconoció que están tramitando una asistencia del Estado hace un tiempo,  el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente, el Icaa, no está respondiendo a la velocidad que nosotros necesitamos” dijo.
 
El daño no solo es productivo, también ambiental. Es que secas las lagunas y bañados, muchas especies, carpinchos, yacarés, tortugas, lobitos y cientos de aves, encuentran refugio en los cauces tanto del Corrientes como del Miriñay, pero ahora también están secos. Su supervivencia está en peligro. El arroz de Adecoagro no.