28/03/2024

En el NEA, muchas familias compran al fiado



“Producto de la pandemia y de situaciones estructurales, hay un núcleo significativo de hogares que todavía tienen sus ingresos reducidos están endeudados y afrontan dificultades para comprar alimentos”.  La afirmación es una de las conclusiones de la quinta encuesta de percepción y actitudes de la población que Unicef Argentina presentó este martes 30.
El sostenimiento de la participación laboral de adolescentes y el acceso a computadoras en hogares con niños y adolescentes, fue una de las preocupaciones que se abordó en la rueda de prensa virtual.
Una de las revelaciones más contundentes se relaciona con el mercado de trabajo. Si se compara con 2020, el 50% de las personas mayores de 18 años atravesó por una situación de inestabilidad laboral.
En ese mismo indicador si se mira por género asciende al 59% en las mujeres y si se analiza por región del país alcanza al 55% en el NEA.
Otra referencia que permite analizar el deterioro en los ingresos económicos promedio es el grado de endeudamiento de los hogares, donde al menos uno de cuatro contrajo un compromiso financiero.
Para préstamos o pagos en cuotas la primera posición la ocupa la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), seguida de tarjetas, bancos y otras entidades del rubro.
Al observar por volumen de ingresos, el 40% de las familias en situación de mayor vulnerabilidad incrementó su deuda con el organismo gubernamental. Mientras que donde las mujeres son principales sostenedoras la proporción llega al 30% y al 18% entre las que perciben la Asignación Universal por Hijo.
A la pregunta si para la compra de alimentos fue necesario recurrir a un préstamo o al fiado, la mayor cantidad de respuestas afirmativas se dieron en el NOA (en mayo de 2021 el 36% y en octubre, 38%) y NEA (el 38% de mayo decreció al 29% en octubre).
De la lectura de datos el organismo marca que “es crucial sostener y reforzar los programas de protección social que apoyan a las familias para compensar la caída o pérdida de sus ingresos, especialmente los que presentan una vulnerabilidad acentuada”.
“Avanzar hacia respuestas universales, no condicionadas y con capacidad de protección suficiente para garantizar que ningún niño, niña o adolescente se quede atrás”, se subraya.