18/04/2024

​​Hacia una política de la cercanía

En Paso de la Patria, como muchas ciudades pequeñas de la provincia, los y las radicales debemos comenzar a plantearnos una estructura partidaria activa y transformadora, que no tema a los desafíos que nos plantea el siglo XXI.



Por Lautaro Barbis (@lautarobarbis)

La sensibilidad social es la capacidad de escuchar a cada vecino y vecina, compartiendo una mirada empática sobre los problemas que estos atraviesan y encontrar juntos la mejor solución para llevar adelante. Aunque parezca sencillo de explicar, resulta bastante difícil de instrumentar un comportamiento político y partidario marcado por la sensibilidad social.
Tenemos que hacer el esfuerzo por acercar la política a los vecinos y las vecinas. El camino es abriendo de par en par las puertas de cada institución pública y partidaria y salir a buscar a los vecinos y las vecinas, invitándoles a participar desde el empoderamiento de su palabra y su opinión como cimiento fundamental del sistema democrático.
Esta semana, desde Protagonistas del Presente (@jovenesprotagonistasok), hablamos por Google Meet con Diógenes González, Abogado y Senador Provincial. Él, nos contaba que “con la Juventud Radical aprendí a caminar el territorio. […] En los años ‘90s, la militancia en el radicalismo correntino fue muy difícil. […] Todos los que veníamos de la juventud de los ‘80s y los ‘90s, nos tuvimos que ensamblar a aquel primer gobierno provincial de 2001”.
Además, intercambiamos miradas sobre la performance del radicalismo en las pequeñas ciudades de la provincia, sobre esto nos decía que “cuesta mucho sostener las estructuras partidarias en las ciudades pequeñas por la migración joven y las dificultades de penetrar en los sectores socioeconómicos medios”.
En Paso de la Patria, debemos comenzar a planificar juntos un radicalismo local con vocación de convocatoria y apertura, que sea capaz de interpelar a los y las jóvenes para invitarles a participar de un proceso de transformación que se materialice en pequeñas mejoras en su entorno cercano, es decir en su calle, su plaza, su barrio, su escuela, su club y su ciudad. Este es nuestro desafío: la construcción colectiva de una estructura partidaria que, reivindicando las ideas y los principios que nos identifican como radicales, se presente como herramienta para mejorar, cada día un poquito más, la vida de cada vecino y vecina.
En cada uno y cada una de nosotros está el enorme potencial para transformar nuestro entorno. Este es el momento de acercarnos y estar cerca de cada vecino y vecina para escuchar sus ideas, conocer las dificultades que enfrentan y trabajar codo a codo, juntos y en equipo para alcanzar las mejores soluciones. Sólo así vamos a poder consolidar un andamiaje partidario del siglo XIX que esté a la altura de los desafíos que nos plantea el siglo XXI.