19/04/2024

En moto, una travesía de más 50 kilómetros para llevar la tarea para los chicos

Profesores de la Escuela Nº 781, del paraje Arroyo Seco, realizan un raid con la misión de dar continuidad al ciclo escolar. Una Internet casi nula y la ausencia de dispositivos móviles obligan a que las actividades deban llegar a los hogares de los alumnos.



Lejos de la comodidad de Internet. En tiempos de pandemia, cuando la escuela ya no es el espacio de intercambio entre el docente y los alumnos, los dispositivos móviles son el instrumento utilizado para darle continuidad al ciclo lectivo.
Pero en el mapa provincial aún hay puntos donde esa comodidad está ausente o bien llega con cuentagotas. De ahí nace entonces la pericia y vocación de los docentes, que con los medios que dispongan harán cumplir a sus chicos con sus actividades escolares.
Bolso matero en el hombro, actividades en la mochila y un medio de movilidad que permita llegar a lugares de difícil acceso son la herramientas con las que cuenta el cuerpo docente de Extensión Rural que funciona en la Escuela Nº 781, del paraje Arroyo Seco, cuarta sección Lomas, en el departamento de Curuzú Cuatiá.
Y es que por esos pagos y para los chicos que allí viven, Internet no es un elemento disponible en cada momento, ni tampoco los modernos dispositivos móviles. Entonces la iniciativa se puso en marcha, y la tarea debía llegar. 
“La iniciativa fue todo el cuerpo docente de Extensión Rural, nos encontramos con el problema de que gran parte del alumnado no contaba con Internet o con un dispositivo para que nosotros les enviemos las actividades” comentó a La República el profesor Ceferino Leiva. Y agregó que “son 54 alumnos de la zona rural, de los cuales muchos viven a kilómetros de la misma escuela, trayecto que realizan a diario, y para quienes debíamos encontrar una solución para que sigan con las actividades escolares”.


Sin Internet o un dispositivo móvil disponible, surgió entonces la necesidad de que la tarea llegue a los hogares de los alumnos de alguna manera. “Armamos un grupo de trabajo y coordinamos las actividades entre todos los profes, con las tareas para los chicos –a puño y letra en papel– y trazamos el recorrido que debíamos hacer para hacerles llegar las casas de los alumnos”, explicó Ceferino haciendo casi un relato detallado de lo que implicó la tarea.
“Muchos de los parajes o las mismas casas de los alumnos están en zonas de difícil acceso, entonces decidimos hacer el recorrido en moto ya que era más práctico y rápido para cumplir los kilómetros de debíamos hacer”, continuó el profesor.
Con medios propios entonces, los profes lograron que los alumnos de la escuela del paraje Arroyo Seco se fueran nutriendo de nuevas actividades en medio de la cuarentena por el coronavirus. Pero la iniciativa se tornaría casi solidaria, porque en contacto con profesores de otras escuelas de la zona, diagramaron la forma de podes abastecer a todos en un solo viaje.
“En el campo es muy complicado acceder a Internet o a redes sociales que son los medios que hay en estos días para dar continuidad a las actividades escolares; esta realidad no es solo en nuestra zona sino que también se refleja en Goya, Carolina o Santa Lucía. Surgió entonces la idea con docentes de otras localidades de que ellos nos hagan llegar vía mail las actividades para sus alumnos y coordinamos, por medio de un mensaje de texto común, con los tutores el día en que vamos a ir a sus casas para entregarles las actividades de los chicos” explicó Ceferino.

Un poco más que docencia

En la zona rural, la labor del docente no termina en las actividades áulicas, sino que el día a día y las distintas realidades de los chicos de esa zona obligan a ir un poco más allá. Docente, psicólogo y hasta mamá y papá en muchos casos.
“Llevar las tareas a los chicos no es lo único que nos motivó a mantener este contacto e ir a las casas de ellos. Tratamos con nuestra visita de interiorizarnos un poco más de cómo están ellos en este tiempo en el que no van a la escuela, saber qué hacen o qué necesidades pueden tener” comentó el profesor Leiva, que además tuvo tiempo para destacar el apoyo del todo el cuerpo docente en esta iniciativa y el de su compañero de ruta, el profesor Nahuel Godoy.