28/03/2024

Concientizan para prevenir casos de rabia paresiante en el ganado

El Ministerio de Producción organizó conferencias en dos localidades para informar sobre las consecuencias de la enfermedad, que es transmitida por un murciélago vampiro. Hallar sus refugios y denunciarlos son algunas de las claves.     



Ante la amenaza latente de que se pudieran presentar casos que pongan en riesgo el ganado en pie en zonas ganaderas de la provincia, se realizaron charlas de concientización sobre rabia paresiante en las localidades de Ituzaingó y San Antonio de Apipé, respectivamente. Coordinadas por el Ministerio de Producción y ante una nutrida concurrencia de productores, las exposiciones estuvieron organizadas por el Gobierno de la Provincia, a través de la Secretaría de Valor Agregado y Competitividad Agropecuaria y la Dirección de Producción Animal, dependientes de la cartera productiva; el Senasa y la colaboración de la Municipalidad de Ituzaingó. 
La apertura de la charla estuvo a cargo de la secretaria de Valor Agregado y Competitividad Agropecuaria, Verónica Storti, quien resaltó la importancia de conocer acerca de la enfermedad y la necesidad de actuar rápidamente ante la presencia de mordeduras del vampiro común.  
La faz técnica de la charla estuvo a cargo del jefe del Programa Nacional de Rabia, Gabriel Russo, quien en su inicio explicó cómo reconocer al Desmodus rotundus, especie de murciélago transmisor del virus rábico, como así también los refugios y la importancia de la vacunación ante un brote. El profesional explicó también cómo se debe proceder ante el hallazgo de un animal muerto o con síntomas compatibles con rabia, haciendo hincapié en la obligatoriedad de denunciar el hecho ante el Senasa.    

A tener en cuenta

La rabia paresiante es una enfermedad epidémica y recurrente causada por el virus rábico transmitido por el vampiro común Desmodus rotundus, que afecta principalmente a los bovinos, a los equinos, con menor frecuencia a otras especies domésticas, al hombre y a algunos animales silvestres. Es además grave para la salud pública. 


El transmisor es un vampiro que suele encontrarse en huecos de árboles, cuevas y canales de riego. Este realiza las mordeduras en lugares en que al animal le resulta difícil espantarlos, como detrás de las orejas, la base de la cola, la ubre y los pezones. El contacto con animales rabiosos implica riesgo de contagio para el hombre durante la faena, al medicarlos por vía oral, o cuando se intenta la desobstrucción manual del esófago por suponer que la disfagia que se observa es consecuencia de una obstrucción alimentaria.
Los signos clínicos en los animales son excitación e inquietud; musculatura contraída, aumento de la salivación, pérdida de apetito, y tendencia a aislarse. En las personas, en tanto, debilidad; malestar general, fiebre, dolor de cabeza  y agitación.
Para evitar el contagio de la enfermedad, el Senasa recomienda realizar las siguientes acciones: vacunar obligatoriamente a todos los animales durante el transcurso de un brote de rabia en el área o en la vecindad (en cada caso, la extensión del área de vacunación obligatoria será determinada por el Senasa). Por todo ello, es importante denunciar la presencia de animales con sintomatología nerviosa.
El ente sanitario también recomienda no delegar a terceros la toma de muestras (solo los veterinarios del Senasa extraen y envían material para diagnóstico) y sugiere enterrar o incinerar los cadáveres para evitar la propagación del brote. 
Por otra parte y ante las dificultades que hay para encontrar sus guaridas, el Senasa pide que se notifique sobre presencia de posibles refugios de vampiros.
La rabia paresiante se encuentra dentro del grupo de enfermedades de denuncia obligatoria, por lo que ante la sospecha o confirmación de algún caso. Es una enfermedad transmisible a las personas y causada por un virus que afecta al sistema nervioso de los mamíferos, incluyendo al hombre. 
Algunas de las especies domésticas que pueden contraerla son los bovinos, equinos, ovinos y porcinos; algunas de las silvestres son las corzuelas y los jabalíes.