19/04/2024

​Vacían un arroyo en Brasil en la búsqueda de los restos de Cristian Schaerer



Dieciséis años después del secuestro de Cristian Schaerer fuerzas, fuerzas federales de Argentina y Brasil  vacían un arroyo en el vecino país tratando de encontrar los restos del joven correntino desaparecido tras el brutal secuestro cuyos autores se encuentran cumpliendo condenas en cárceles de la Argentina y Portugal.
El riacho en cuestión está en la zona de Uruguaiana, frente a Paso de los Libres. Las fuerzas dragan el barro tras recibir la pista de un testigo de identidad reservada que fue considerado creíble, y que no es ninguno de los secuestradores que cumplen condena.
Cristian Schaerer, hijo del ex ministro de Salud de la provincia de Corrientes, Juan Pedro “El Vasco” Schaerer, fue secuestrado en septiembre de 2003 en la puerta de su casa del barrio Las Tejas, de la capital correntina. Tenía 21 años en ese entonces. Su familia pagó 277 mil dólares para su rescate, pero nunca apareció. Hubo condenados, sospechosos históricos, hombres como Rodolfo “El Ruso” Lohrmann y José “Potrilllo” Maidana capturados muchos años después en Europa y que aún no fueron juzgados ni condenados por este caso, pero nunca apareció.
Dieciséis años después, la Justicia argentina encaró esta medida extrema en la búsqueda: un equipo de especialistas vacía y draga un arroyo entero en la zona brasileña a tres kilómetros del puente internacional, una tarea en coordinación con la UFESE, el ala antisecuestros de la Procuración dirigida por el fiscal Santiago Marquevich.
La zona coincide con uno de los testimonios brindados en su momento por uno de los secuestradores que señaló durante el juicio que la última vez que vio a Cristian fue cuando Lohrman se lo llevó en una canoa desde Uruguaiana por el río Uruguay.
El testigo de identidad reservada, que no es ninguno de los condenados en la causa según confirmaron fuentes del caso, fue quien señaló la zona. Hay quienes dicen que el informante tenía un interés en cobrar una recompensa, se acercó a mediados de 2018 y señaló la zona fangosa, antes supuestamente al descubierto y hoy bajo el agua, de acceso sumamente difícil. Lohrmann y Maidana no entregaron información útil cuando Marquevich viajó a Portugal para entrevistarlos. El relato con el que cuenta la Justicia no habla de una tumba cavada. Cristian, simplemente, habría quedado en el lodo.
La información original de la causa apuntaba en esa dirección. Se supo históricamente que Schaerer había estado “guardado” en Saladas primero, luego en Paso de los Libres y Uruguaiana y también en un aserradero de la provincia de Misiones bajo la custodia del Clan Salgán, cuyo líder Raúl Nemesio «Caniche» Salgán falleció en un pabellón de la Unidad Federal 7 de Resistencia, donde se encontraba cum,pliendo su condena a 25 años de cárcel.
Las pericias comprobaron que los Salgán lo tuvieron recluido en una quinta de Paso de los Libres hasta los primeros meses de 2004. Luego, se estableció que Cristian estuvo cautivo entre marzo y mayo del 2004 en un aserradero de Garupá, Misiones, propiedad de Carlino Rojas Morel. Un testigo dijo haber conversado con el joven secuestrado en ese lugar.
Las excavaciones en Paso de los Libres datan de 2006; un testigo marcó una zona donde supuestamente Schaerer había sido enterrado, los pozos eran cavados por personal de Gendarmería y Policía Federal. El resultado, en aquel entonces, fue negativo.
A mediados del año pasado, el dato del informante devolvió a Gendarmería a la zona, con buzos y botes e investigadores brasileños. Hoy la búsqueda se realiza a metros de los márgenes de un islote, del lado brasileño del Río Uruguay, sobre el lecho de un afluente del arroyo Imboa. En medio de un ambiente cuasi selvático de aguas turbias y de hasta tres metros de profundidad
“En este momento el lugar señalado está cubierto por tres metros de agua, por lo cual trabajan además de buzos provistos con ecosondas, georradares y cámaras submarinas, científicos y antropólogos forenses tanto de la Gendarmería Nacional como de la Policía Federal de Brasil. El despliegue operativo es grande y es arduo porque supone encontrar restos en un área del tamaño de una cancha de fútbol. Y se da en el marco de cooperación policial entre ambos países”, dijo una fuente judicial en aquel entonces.
“Hay indicios que nos hacen presumir que los datos aportados por un testigo reservado podrían ser certeros”, agregó.