20/04/2024

El crimen de Tichellio: Miriam Jara declaró en el juicio y acusó a la esposa del penitenciario

Hizo un relato de cómo ocurrió el hecho y no permitió preguntas. Admitió que había ayudado a limpiar la pieza y a mover el cadáver para trasladarlo en una camioneta hasta donde lo abandonaron.  



En el desarrollo de la segunda audiencia por el asesinato de Gabriel Tichellio (32) declaró una de las imputadas. Miriam Jara culpó del homicidio a Lorena Encina, que era la esposa de la víctima. 
Admitió que estuvo en la casa del matrimonio ese día y que, al llegar Tichellio, se ocultó en una dependencia de la vivienda. Luego, escuchó una discusión. Contó que transcurrieron varios minutos y Lorena fue a buscarla. La llevó al dormitorio y el hombre ya estaba muerto. 
Reconoció que ayudó a limpiar y trasladar el cadáver en la camioneta del suboficial hasta el lugar donde lo encontraron. Además de Jara, declararon dos testigos, Romina Tichellio, hermana de la víctima, y el vecino Horacio Azula. La próxima audiencia será el miércoles 11, a las 8. El tribunal está integrado por  Ana del Carmen Figueredo, Cynthia Godoy Prat y Raúl Guerín. En la fiscalía se desempeña Carlos Lértora.

“No participé del crimen”

Miriam Jara hizo un relato de lo que ocurrió el 26 de julio en la casa de las 147 viviendas del barrio  Pirayuí, donde vivían Lorena Encina, Gabriel Tichellio y sus dos hijos.
“Estuve esa mañana en la casa tomando mate con Lorena y, pasado el mediodía, llegó su esposo. Como no tenía buena relación con él, me oculté en un lugar de la vivienda”, relató Jara.


“Escuché que discutían. Pidió a sus hijos que se fueran a la casa de un familiar.Se fueron al dormitorio y después todo quedó en silencio”, contó.
Recordó que “fue a buscarme y me dijo que la acompañara al dormitorio. Allí me encontré con el hombre asesinado. Lorena me pidió que no la dejara sola y que la ayudara”. 
Enfatizó que “Lorena mató a su marido. Yo no lo hice. Ayudé a mover el cadáver”.
“Me puse un guante para limpiar la pieza y el martillo que se utilizó para golpear en su cabeza”, agregó.
Narró que “el cuerpo era muy pesado. Lo envolvimos en una frazada. Lo tomé desde los brazos y Lorena desde los pies. Lo arrastramos hasta la camioneta Renault Kangoo. No lo podíamos subir  al vehículo. Nos costó mucho”. 
La camioneta con el cuerpo fue hallada en la zona del barrio Esperanza. En el trayecto abandonaron una campera y una bota que tenían manchas de sangre. 
Jara y Lorena regresaron en un colectivo urbano hasta la avenida 3 de Abril. Luego, en otro colectivo, se dirigieron al domicilio.
“Cuando dejamos el cuerpo, Lorena me dijo que teníamos que dejar la casa como si fuera un robo. Al llegar sacó las cosas de valor y dio vuelta todo”, comentó Jara, que mantenía una relación sentimental con Lorena.

“Pretende deslindarse del crimen” 

“Miriam Jara no respondió preguntas. Solamente hizo un relato construido con las pruebas existente. Un relato amañado porque está acorralada y pretende deslindar responsabilidades del crimen”, dijo Hermindo González, abogado querellante.
Señaló que “son coautoras del homicidio y eligieron la clandestinidad para cometer el asesinato”.
El abogado manifestó que “se confirmó lo que presumimos y acreditamos de cómo ocurrió el hecho. Hay que recordar que, en septiembre del año pasado, Encinas dijo que Jara fue la autora del asesinato y ella colaboró, amenazada de muerte. Pero Jara, haciendo uso del derecho de declarar, dijo lo contrario y que actuó de manera solidaria en mover el cadáver”.
Consideró que “Jara esperó agazapada en la clandestinidad a Tichellio, lo que pone de manifiesto su extrema peligrosidad y premeditación. Lo sorprendieron a Tichiello e indefenso, lo asesinaron en plena siesta”.
González dijo que “el relato que hizo Jara y que no permitió preguntas para perder el hilo de lo que preparó no era muy difícil construirlo. Es una jugada que hizo esta mujer para tratar de sacarse un peso de encima. Pero las pruebas reunidas y que se hallan en el expediente están  demostrando que las dos participaron del hecho”.

“Cuando Gabriel no estaba, dormían juntas” 

Una de las testigos citada a declarar en la audiencia de ayer en el TOP Nº 1 fue Romina Tichellio.
La mujer dijo que “después del homicidio, los hijos contaron lo que ocurría en la casa. Recordaron que cuando Gabriel no estaba, su mamá y Miriam Jara dormían en la cama del matrimonio y, bajo amenazas, les pedían a sus hijos que no contaran nada . A los chicos los encerraban en una pieza contigua”.

El asesinato

El homicidio de Gabriel Tichellio (32), cabo 1º del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), tiene aristas pasionales. Fueron detenidas su esposa y una amiga. 
En allanamientos en la vivienda de la víctima y en el sector donde dejaron el vehículo con el cuerpo, incautaron un martillo utilizado en construcción, guantes, una frazada y ropas con manchas de sangre. En la evaluación preliminar, que luego fue respaldada por el análisis de los peritos, el suboficial fue asesinado en su casa.  Luego, lo colocaron en un vehículo y lo llevaron a un lugar distante, donde  lo abandonaron en el rodado. Tichellio era casado y dejó tres hijos, que tenían en ese entonces  9, 7 y 5 años, que actualmente se encuentran bajo el cuidado de sus abuelos paternos. En la mañana del jueves 26 de julio de 2018, estuvo en la Jefatura del SPP, en sala de monitoreo de funciones electrónicas. Salió y desapareció.