28/03/2024

La agitación callejera se mantiene en Chile pese a los anuncios de Piñera



Foto: Martín Bernetti/AFP

La agitación callejera se mantenía a tope en un Chile, con multitudinarias marchas este miércoles en Santiago y otras ciudades, a seis días de una revuelta social que suma ya 18 muertos.
Acogiendo el llamado de sindicatos y organizaciones sociales a una huelga general, estudiantes, jubilados, profesores, funcionarios públicos y miembros de los servicios de salud pública llenaron las calles de Santiago, aumentando la presión hacia el presidente Sebastián Piñera, que mantiene a los militares en las calles y el toque de queda.
“Esto ya es el reclamo de todo un país, nos cansamos”, gritó una señora en medio de una multitud que tocaba cacerolas a los soldados en los alrededores de la Escuela Militar.
Las marchas derivaron en choques con la policía en varios puntos de la capital chilena, que seguía semiparalizada en medio de la convulsión.
En Plaza Italia, miles de personas se congregaron por varias horas y al final de la manifestación una treintena de locales comerciales resultó destruidos por la acción de los manifestantes, repelidos con chorros de agua y gas por la policía. En paralelo, en lugares como la plaza Ñuñoa, la protesta mostraba su mejor cara, con bailes, música y cantos.
Ante protestas y desmanes que no ceden, las autoridades volvieron a decretar toque de queda para la noche de este miércoles, por quinta jornada consecutiva, aunque esta vez redujeron su extensión a seis horas y se iniciaba más tarde, en una ciudad con gran presencia de policía y militares, y donde todavía –principalmente en la periferia– se mantenían los saqueos.
El ministerio de Defensa de Chile confirmó haber llamado a reservistas para hacer frente a la crisis social, pero descartó que los convocados sean utilizados para patrullar las calles.
Tres personas, entre ellos un niño de 4 años, se sumaron este miércoles al listado oficial de 18 muertos, cinco de ellos por acción de las fuerzas del orden.
El niño y un hombre murieron cuando un conductor en estado de ebriedad embistió su vehículo contra un grupo de manifestantes, mientras que otra persona murió tras recibir una golpiza de la policía según denuncia de sus familiares, de acuerdo al balance que entregó el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
Las organizaciones sociales demandaban al gobierno deponer el estado de emergencia y “devolver los militares a sus cuarteles”, junto a históricas peticiones para mejorar las pensiones, mayores recursos a la salud y a la educación pública, entre otras demandas.
La movilización afectó a primera hora las operaciones de la cuprífera estatal Codelco, la mayor productora mundial de Cobre, pero de tarde la empresa confirmó que había retornado todo a la normalidad.
El descontento social estalló el viernes en un país con muchas desigualdades, con un alza –luego suspendida– de 3,75% del precio de la tarifa del metro en Santiago.
El reclamo contra el aumento del pasaje de metro derivó en un movimiento heterogéneo y sin liderazgo identificable que pone sobre la mesa otras demandas, principalmente un aumento de las bajísimas pensiones del sistema privado que se mantiene como herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

De la guerra al perdón 

Jaqueado por una indignación popular que parece lejos de aplacarse, Piñera pidió “perdón” el martes en la noche y reconoció su “falta de visión” para anticipar el estallido, cambiando el tono dos días después de afirmar que el país estaba “en guerra”. Durante esta jornada, el mandatario no hizo apariciones públicas.
Piñera además anunció un paquete de medidas, entre ellas mejorar las pensiones de los más pobres, suspender un aumento del 9,2% de las cuentas de la luz, complementar el salario mínimo, establecer un seguro para la compra de medicamentos y aumentar los impuestos a sectores de mayores ingresos.
También planteó reducir las dietas de los parlamentarios y altos sueldos de la administración pública, junto a la disminución del número de congresistas y limitación de reelecciones.
Un estudio divulgado este miércoles por la empresa Ipsos indica que 67% de los encuestados “se cansaron de sus condiciones de vida en materia económica, de salud y pensiones”, que perciben como “desiguales e injustas”.
Durante la jornada el Banco Central de Chile redujo la tasa de interés monetaria a 1,75% de 2,0%, advirtiendo que la crisis que vive el país afectará la evolución de la economía. 
Cientos de chilenos residentes en países como Argentina, Francia y España también han salido a las calles con banderas y lienzos para apoyar las manifestaciones.
En tanto, el papa Francisco manifestó su preocupación por la crisis y llamó a “encontrar soluciones” a través del diálogo.

Con información de AFP