19/03/2024

Chile: manifestantes desafían el toque de queda y Piñera convoca al diálogo



Manifestantes, frente a policías durante una protesta en Santiago, este lunes. /Edgard Garrido/ Reuters


Miles de manifestantes en Chile desafiaron el lunes en la noche un toque de queda y salieron a la calle exigiendo cambios en el modelo económico, mientras el presidente Sebastián Piñera mostraba un tono más conciliador para intentar contener una crisis que ha provocado una ola de manifestaciones contra su gobierno.
Al caer la noche, manifestantes en Santiago y varias otras ciudades al norte y sur de Chile hacían sonar ollas y sartenes en masivos cacerolazos para criticar la presencia de militares en la calle, que asumieron el mando tras la escalada de violencia que ha dejado al menos 11 muertos.
Muchos manifestantes también pedían la renuncia de Piñera, además de una mejor salud pública y un alza de pensiones entre varias otras demandas.
El toque de queda entró en vigor en la capital a partir de las 20 locales y se extenderá hasta las 6 de este martes, por tercer día consecutivo.
La medida se extendió a otras ciudades como el puerto de Valparaíso o La Serena, en el norte, donde también se han registrado saqueos y ataques incendiarios.
Piñera, que el domingo dijo que Chile estaba “en guerra” contra un “enemigo poderoso”, anunció el lunes que abría “de par en par los caminos del diálogo”, en un notorio cambio de tono.
“Sé que a veces he hablado duro contra esta violencia y delincuencia. Compréndanme compatriotas, lo hago porque me indigna ver el daño y dolor que esta violencia y delincuencia provoca”, dijo en una declaración en el Palacio de La Moneda.
Piñera, un empresario multimillonario que asumió su segundo mandato en 2018 con la promesa de traer “tiempos mejores”, enfatizó en que estos días se ha reunido con representantes de los poderes del Estado así como autoridades y organizaciones sociales.
“Mañana [martes] me reuniré con presidentes de partidos tanto de gobierno como de oposición para explorar, y ojalá avanzar, hacia un acuerdo social” que plantee “soluciones a los problemas que aquejan a los chilenos”, añadió.
En las calles de Santiago, grupos de manifestantes se reunían en varios puntos clave, como la céntrica Plaza Italia. Durante la tarde una columna llegó hasta el acomodado sector de Las Condes y se apostó afuera de la Escuela Militar.
En varias partes de la ciudad estallaron enfrentamientos entre manifestantes que lanzaban piedras y levantaban barricadas, y la policía, que respondió con gases lacrimógenos y balines. Ante el estallido de violencia, Naciones Unidas llamó al diálogo y a investigar de forma independiente las muertes y las denuncias de abusos policiales.
Más temprano el lunes, los habitantes de la capital intentaron retomar la rutina, en medio de las dificultades del servicio de transportes y comercios restringidos, con calles en las que se veían los vestigios de las barricadas y que eran vigiladas por unos 8.000 soldados.
Las personas hicieron largas filas en gasolineras y supermercados, pero algunos mercados municipales operaron con mayor normalidad que el fin de semana.

Once fallecidos

La intendenta de Santiago, Karla Rubilar, confirmó que hasta ahora hay 11 fallecidos en la región de Santiago a consecuencia de los incidentes del fin de semana, tres víctimas el sábado y ocho el domingo.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos dijo que tiene registro de 88 personas heridas con arma de fuego desde el viernes, y acusó un uso “desproporcionado” de la fuerza pública contra reuniones pacíficas.
Por su parte, la jefa de Derechos Humanos de Naciones Unidas, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, llamó a las partes a buscar un diálogo inmediato y urgió una investigación independiente de las muertes en los disturbios, además de destacar el uso excesivo de la fuerza militar.
“El uso de una retórica incendiaria solo servirá para agravar aún más la situación y se corre el riesgo de generar miedo en la población”, afirmó Bachelet, que precedió a Piñera en el gobierno.
En Santiago, las autoridades de transporte reforzaron la dotación de autobuses y reabrieron parcialmente una de las seis líneas del metro, tras el cierre total del fin de semana. La mayoría de las escuelas y universidades estaban cerradas y varias empresas autorizaron a sus trabajadores a no concurrir el lunes.
La capital de Chile, un país mencionado como ejemplo de estabilidad económica y política en América Latina, no había estado bajo toque de queda desde hace más de 30 años, cuando gobernaba el dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
Piñera dio pie atrás el sábado en la medida que detonó las protestas, un alza del precio del transporte subterráneo, pero los manifestantes dieron cuenta en sus pancartas y gritos de una serie de demandas de larga data sobre pensiones, salud y educación pública, en un país con una aguda desigualdad.

Con información de Reuters