19/04/2024

Mariano I. Loza congregó a una multitud por San La Muerte



Foto: Región Litoral/Archivo

Una multitud participó este miércoles en la localidad correntina de Mariano I. Loza y en diversos santuarios de la capital provincial de la celebración en honor de San La Muerte, no reconocida por la Iglesia católica.
Se estima que unas 5.000 personas ingresaron esta madrugada al santuario ubicado en el kilómetro 84 de la ruta nacional 119, que fue construido por la familia Pardo, informaron autoridades policiales de la zona.
Los festejos en Mariano I. Loza, en el departamento de Mercedes, comenzaron a las 0 de hoy y continúan con adoración a la imagen pagana y con un festival de música, indicaron fuentes policiales de la localidad, distante 266 kilómetros de la capital correntina.
Un hombre que se dirigía a la celebración como acompañante en un automóvil murió hoy tras un accidente de tránsito ocurrido a 5 kilómetros del santuario, en el empalme de la ruta provincial 24 y la ruta nacional 119, informó la policía.
El hecho ocurrió alrededor de las 3.40, cuando un Fiat Uno, en el que tres hombres se dirigían desde la ciudad de Goya a participar de la adoración a San La Muerte, despistó en el empalme rutero y volcó. La víctima fatal fue identificada como Orlando Fosatti, de 38 años.
En la capital provincial se desarrollan celebraciones por San La Muerte en el santuario de las familias Fernández y Roa, del barrio Juan XXIII. “Cada vez más gente se acerca a participar. Es incesante el paso de fieles que llegan para agradecer favores recibidos o para pedir, especialmente protección”, dijo la responsable del santuario correntino, Hilda Roa.
“La mayoría deja una ofrenda, que suele ser dinero o pulseras y otros objetos personales, pero también se prenden velas, negras y amarillas para pedir y negras y blancas para agradecer”, dijo la devota en declaraciones al programa Corrientes en el aire, que se emite por radio Mitre Corrientes.
San La Muerte, que se representa con un esqueleto y se lo considera protector de los que viven en riesgo como policías y delincuentes, es una suerte de “espíritu” venerado por pueblos de origen guaraní, en Paraguay, el noreste argentino (principalmente en la provincia de Corrientes y en menor medida en Misiones, Chaco, Formosa) y al sur de Brasil.
Sus devotos le rezan o se tatúan su imagen con la esperanza de que los libre de la muerte y se la provoque a sus enemigos.

Con información de Télam