16/04/2024

El narco capturado en el barrio Nuevo ya había sido detenido en 2015

Andrés Parras (33), alias Pampero, es oriundo de Itatí. Lo vinculan con Luis Gordo Saucedo, prófugo del Operativo Sapucay. 



Andrés Atanasio Parras (33) fue detenido en la tarde de anteayer en el barrio Nuevo, luego de una tenaz persecución policial. En la camioneta que manejaba, una Toyota Hilux blanca, transportaba 290 kilos de marihuana, distribuidos en 412 panes o ladrillos. 
Parras, a quien llaman Pampero, es oriundo de Itatí, una de las puertas que utiliza el narcotráfico para el ingreso de la marihuana desde Paraguay. También tiene domicilio en la zona del barrio La Olla, de la capital correntina.
Lo relacionan con el jefe narco Luis Alberto Gordo Saucedo, quien está prófugo desde el 14 de marzo de 2017, cuando se realizó el denominado Operativo Sapucay, con procedimientos en la localidad de Itatí. Saucedo está considerado como líder de uno de los tres clanes que comercializaba la marihuana en gran escala desde Itatí al resto del país. Los otros dos son Sebastián Federico Marín (29), alias Morenita, detenido el año pasado, y Carlos Alberto Bareiro (39), alias Cachito, también preso.

Con pedido de captura

En los últimos meses de 2014, el servicio de inteligencia de la Prefectura Naval reunió información concreta sobre las actividades de una banda narco que operaba desde Itatí. En diciembre de ese año se decidió dar un golpe a los narcos. Efectivos de la PNA interceptaron una camioneta Toyota Hilux en la que había 700 kilos de marihuana. El procedimiento terminó con varios detenidos y algunos prófugos. En esa lista  figuró el nombre de Andrés Parras. Posteriormente, la justicia federal dispuso su captura.
En la noche del viernes 13 de febrero de 2015, una patrulla del destacamento San Marcos, dependiente de la comisaría 7ª, realizó un procedimiento en la zona de la rotonda de la Virgen de Itatí. Interceptaron un VW Voyage negro. 
El conductor quedó sorprendido y no se resistió. Al identificarlo se estableció que se trataba de Andrés Parras, con pedido de captura desde 2014 por el Juzgado Federal Nº 2, en una causa que inició la Prefectura Naval. 
Esa noche quedó alojado en la comisaría 7ª, pero al día siguiente lo trasladaron a la sede la PNA Corrientes.  Meses después, la justicia federal dispuso su libertad. 

Entre la realidad y la ficción

Andrés Parras tiene el mismo nombre y casi el mismo apellido que el actor colombiano, con la diferencia de que este último es Parra, sin “s”. 
Y Andrés Parra personificó en una serie televisiva de varios capítulos, El patrón del mal, al narcotraficante Pablo Escobar.
Pero el Parras correntino está muy lejos de convertirse en un Escobar. No se le conoce o al menos no está registrado como trabajador lícito. Nacido y criado en Itatí., cuando empezó a transitar los primeros años de su juventud empezó a relacionarse con los narcos y de esa manera fue conociendo el “oficio”.  
Lo llaman Pampero. Alguien le puso ese apodo por su andar rápido en los vehículos que conducía. Ligero como Pampero, el caballo de la historieta de Patoruzú. 
Una muestra fue lo que ocurrió en la tarde de anteayer. Las autoridades policiales admitieron que  Parras conducía la camioneta Toyota Hilux, que se estrelló contra un árbol, a mas de 100 kilómetros por hora. 
“Recorrió varias calles de distintos barrios a alta velocidad, hasta que ingresó al barrio Nuevo, donde una camioneta de la policía, en la persecución y para que no escapara, lo chocó y terminó su recorrido contra un árbol”, comentó una fuente policial.
Su rostro no puede difundirse en la prensa como para hacer una comparación con  el actor colombiano. No son parecidos y solo el nombre al pronunciarse parecen similares.
En Argentina, como en otros países, la ley penal dispone que a todo detenido se le debe cubrir el rostro.
Una medida que se aplica basándose en el principio de inocencia, en el que toda persona debe ampararse hasta que se demuestre lo contrario. Inclusive, en las audiencias de juicio, algunos magistrados prohíben tomar imágenes de los acusados. 
Por otra parte, exponer al detenido ante la prensa puede invalidar una prueba. Es el reconocimiento de la víctima a su agresor. En el proceso penal o en la instrucción del caso, el damnificado o testigos deben señalar al imputado en la rueda de reconocimiento. No es válido decir que lo vio en la TV o en los diarios.