25/04/2024

Cómo evitar un golpe de calor



Para padecer lo que se conoce como golpe de calor, no hace falta tener una enfermedad determinada o cierta condición física quizás poco saludable o avanzada edad. Una persona joven que a diario realiza actividad física puede padecerlo. Las consecuencias pueden llegar a ser fatales, si la falta de hidratación o si no se restablece la temperatura normal corporal (36,6º). 
“Las temperaturas muy altas y los porcentajes de humedad muy elevados en Corrientes son la combinación perfecta que predisponen especialmente a las personas adultas mayores y a aquellas que son amantes de hacer ejercicios durante el verano a padecer golpes de calor, que se dan cuando la temperatura del cuerpo pasa los 40º y fallan los mecanismos de enfriamiento naturales”, explicó la licenciada en Nutrición Iliana Tognola, en comunicación con La República.
Remarcó que “las consecuencias del golpe de calor son varias y podrían provocar sangrado nasal, mareos, dolores de cabeza, vómitos, falta de sudoración y en algunos casos, convulsiones, y si no se logra retomar la temperatura del cuerpo normal por un lapso de dos horas, la persona puede entrar en coma e incluso fallecer”.
“Los golpes de calor generalmente se dan en personas de avanzada edad, pero también en jóvenes que practican deportes expuestos a altas temperaturas”, dijo.
Para evitar situaciones que puedan derivar en un golpe de calor, Tognola recomendó “evitar hacer ejercicios cuando las temperaturas son muy altas y si la persona decide hacerlo, sugerimos hidratarse previo al entrenamiento”.
“Recomendamos a toda la población evitar exponerse al sol entre las 12 y las 17, evitar practicar actividad física en el mismo horario, protegerse del sol cuando se está expuesto, con gorros, anteojos, bloqueador solar”, dijo y agregó que hay que “tener en cuenta salir siempre al exterior con botellas de agua para mantenerse hidratados, ya que el cuerpo pierde mucha agua por sudoración”.
Sugirió que si una persona decide realizar ejercicios expuesta a altas temperaturas, debe “beber en la hora previa 400 mililitros de agua y durante la actividad, cada 20 minutos”. “Si la actividad física dura más de una hora, el beber agua ya no es suficiente para mantener la hidratación y hay que recurrir a bebidas deportivas que aportan azucares y sodio”, agregó.

Alimentación

Mantenerse hidratado: la bebida de preferencia debe ser el agua. El exceso de calor y pérdida de agua por transpiración –propios del verano– hacen más fácil sufrir deshidratación, lo que es particularmente peligroso en el caso de los niños y los ancianos, ya que ellos no tienen bien desarrollada la sensación de sed, por lo que es fundamental ofrecerles agua fresca de forma constante. Consumir verduras y hortalizas, dos veces al día.
El verano es una oportunidad excelente para incluir más ensaladas, que combinen varias hortalizas y vegetales. Es importante dar prioridad a estos alimentos ya que aportan agua, fibra, hidratos de carbono, vitaminas, minerales y antioxidantes.
La fruta es imprescindible, al menos tres veces al día. Las frutas ayudan a hidratarse (contienen un elevado porcentaje de agua) y también a mantener las defensas y antioxidantes del organismo. Aportan vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, como la vitamina C, los polifenoles y los carotenos.
Incluir preparaciones vegetales de color rojo, amarillo o naranja, ricos en betacarotenos y otros antioxidantes presentes en zanahorias, calabaza, morrón rojo, melón y espinacas y berros (verdes por su alto contenido en clorofila, pero también por su contenido en carotenos).