18/04/2024

Gastronomía típica y “enchamigadas” motorizan la economía a partir del fenómeno chamamé

Desde la inauguración de la Fiesta Nacional, varias de las noches del evento debieron cancelarse por mal tiempo. No obstante, el movimiento turístico que atrae el género vuelca sobre emprendimientos la demanda de “lo autóctono”. Peñas, gastronomía, bares y restaurantes florecen incluso cuando la lluvia perjudica al Anfiteatro.



Por Dora Alcaje
Redacción de La República

Una de cal y una de arena respecto del desarrollo de la Fiesta Nacional del Chamamé. Es que la pasión no se apaga con la lluvia. Y podría decirse que fomenta las ganas de disfrutar de los artistas, nuestra música y la gastronomía típica con más vigor.
Así, mientras que a la organización no le queda otra alternativa que “evaluar día por día” la realización del evento según el estado del tiempo, la contraparte positiva aparece cuando se constata que ni el agua frena las ganas de “enchamigarse”.
Según datos del Ministerio de Turismo de la Provincia, de las noches desarrolladas hasta el momento, se destaca la del lunes 14, cuando asistieron unos 12.000 espectadores al anfiteatro Cocomarola. Se estima que el evento generará ingresos por unos 90 millones de pesos.
Esta cifra surge de la consideración de lo que gastarán los turistas en Corrientes con motivo del festival, a lo cual corresponde incrementar 30% proveniente de “excursionistas”, es decir turistas que no pernoctan, sino que vienen a la ciudad desde localidades cercanas, pero igualmente cenan, pagan su entrada y compran suvenires.  
El Observatorio Turístico informó que la capacidad hotelera en la ciudad capital se encuentra ocupada en 75%, coincidentemente con el desarrollo de la Fiesta del Chamamé. El gasto promedio por persona por día es de $ 1.500 incluyendo alojamiento, dos comidas, traslados y entrada al evento, a lo que hay que incorporar otros $ 300 en concepto de gastos dentro del anfiteatro.
Otro dato particular indicado por la Subsecretaría de Promoción e Inversiones Turísticas, a cargo de Klaus Liebig, fue que por cada persona que se hospeda en hoteles, otras tres lo hacen en casas de familia.
A la hora de evaluar el impacto económico del evento, para el presidente del Instituto de Cultura de Corrientes, “los números siguen siendo positivos”. Al ser consultado por La República, Gabriel Romero manifestó que por ahora “no se baraja la posibilidad” de suspender el evento por completo. A la vez, detalló que el gasto de la organización del evento ronda los 18 millones de pesos,  cerca de un 20 por ciento de lo que se calcula que se genera en materia económica a partir de la realización de la Fiesta.
También para el ministro de Turismo, Cristian Piris, la oferta de “chamamé”, que luego se complementa con el carnaval, suma mucho para la generación de empleo y la motorización de la economía, ya no solo en Capital, sino también en los municipios del interior.
“El chamamé es uno de los principales atractivos que tenemos en enero. Es muy convocante y la muestra fue la noche del lunes 14. Entonces, representa un gran atractor turístico, ya que ha trascendido fronteras y se transformó en una música con valor internacional”, dijo Piris.  
Además del escenario principal, el Osvaldo Sosa Cordero del Cocomarola, los Municipios de El Sombrero, Riachuelo y San Cosme tendrán sus respectivas bailantas chamameceras, generando también oportunidades para emprendedores y prestadores de servicios locales.   
La permanencia de los visitantes en Corrientes posibilita además el desplazamiento a otros destinos del interior, adonde llegan atraídos por la pesca deportiva con devolución y el ecoturismo, a partir de los diferentes portales de acceso a los esteros del Iberá.

Cocinar con payé

Un buen ejemplo del impulso que generan eventos con tanta identidad como el Festival del Chamamé recae sobre la Red de Cocineros del Iberá. Se trata de un conjunto de cocineros de distintos pueblos, que se fueron sumando a un movimiento que no deja de crecer desde que comenzaron a organizarse en 2017. 
En la actualidad se conforma por 64 “núcleos productivos”. Algunos de estos emprendimientos son llevados adelante por una sola persona, pero en la mayoría de los casos se trata de iniciativas que se comparten con el núcleo familiar. Así, algunas cocineras trabajan con sus maridos, otros cocineros con sus hijos, amigos o ayudantes contratados para la tarea. Son más de 100 las personas que trabajan en torno a la Red.


Aunque ya vienen en marcha desde hace varios años con el respaldo del Gobierno provincial, el INTA y Agricultura Familiar, 2018 fue el de mayor visibilidad para esta red, que integran cocineros de más de 20 municipios. Se destacan Loreto, San Miguel, Concepción, Ituzaingó, Mburucuyá y Caá Catí, aunque son muchos más.
En la edición del año pasado, los Cocineros del Iberá tuvieron por primera vez un stand dentro del anfiteatro. Pero además participaron representando a la provincia en ferias gastronómicas de primer nivel, como Masticar, que se realiza cada año en el predio de La Rural en Buenos Aires, además de ofrecer la gastronomía autóctona correntina en distintas celebraciones y festivales de localidades del interior y de lucir sus producciones únicas en la primera fiesta gastronómica local “Sabores con payé” realizada el mes pasado en Ituzaingó.
En el marco de la Fiesta Nacional del Chamamé de este año, ya pasaron por esa cocina algunos emprendedores gastronómicos de varias localidades, cada uno con sus “productos estrella”, además de ofrecer cada noche un menú fijo: hamburguesas de cordero con mandioca frita.
“Algunos cocineros son más conocidos que otros. Van ganándose un público, seguidores. Un ejemplo es Reyna, una cocinera de Concepción a la que el presidente Mauricio Macri conoció en una visita y que luego invitó a cocinar para su familia en la Quinta de Olivos. En esta fiesta ella no pudo participar porque tenía contratado su servicio para un evento grande en Concepción. Y ese también es el objetivo de la red: que cada cocinero pueda desarrollarse en sus pueblos, que generen servicio en sus comunidades y trabajo en su lugar”, destacó a su turno Gisela Medina, una cocinera que se constituyó en la impulsora de la Red desde sus inicios.
Otro cocinero renombrado es Pili Ávalos, también concepcionista. “Hace el mejor mbaipy de Corrientes”, aseguró Medina, y formó parte de la oferta del stand el martes pasado en el anfiteatro. “Todas las noches vendimos todo, aun cuando se suspendió el evento”, sostuvo Gisela. Es que las peñas dentro del anfiteatro cautivaron al público a pesar de la lluvia. Y hasta ahora, cada cocinero –además de los ayudantes de cocina y de atención al público a quienes también se les paga– pudo llevar un promedio de 7.000 pesos cada noche de trabajo.
La cadena alcanza también a los productores, que elaboran desde quesos criollos, almidón de mandioca y de maíz artesanal y hamburguesas de cordero, bajo un estricto control de calidad y bromatología. “Ofrecemos lo mejor de nuestros productos y de nuestra gastronomía, y la gente lo valora mucho”, sintetizó Medina al final.

Enchamigadas y restaurantes

Al menos dos comercios se abren por estos días con propuestas chamameceras por fuera del anfiteatro. Y para ellos, las noches de festival suspendidos fueron el motor para convertirse en el epicentro del entretenimiento. De manera casi espontanea, músicos y público se orientaron hacia esos locales, para buscar la experiencia del chamamé a pesar de todo.
Uno de esos emprendimientos recién se inaugura de manera oficial hoy al mediodía, pero, ante la demanda, abrió sus puertas desde la semana pasada para recibir a cerca de 150 personas cada noche. Se trata de “Don Isaco”, una propuesta que pretende convertirse en un centro de difusión cultural de “lo nuestro” de ahora en adelante.
“Somos cuatro amigos. Todos laburantes: un músico y electricista, uno que trabaja en el aeropuerto, otro en una concesionaria y otro es ingeniero. Pero nos une el chamamé y de ahí sale todo esto. Una apuesta con esfuerzo, en torno a nuestra idiosincrasia”, relató a La República Omar Molina, uno de los cuatro emprendedores.
Para montar el lugar, que también ofrecerá gastronomía típica desde ahora, todo lo hicieron ellos, desde las instalaciones hasta los muebles.
Este mediodía esperan recibir a un contingente de turistas brasileños que buscarán disfrutar de su atención y del chamamé. Y luego abrirán al público cerca de las 15, para “hacer una previa a la Fiesta Nacional, y para quienes quieran disfrutar de la música y el contacto directo con artistas nuestros”, destacó.
 Como ellos, son muchas personas las que encuentran trabajo, desarrollan emprendimientos y prestan servicios en torno al turismo, que se potencian con eventos que tienen una fuerte impronta de identidad como el Festival Nacional del Chamamé, que –aunque con traspiés climáticos– sostiene un protagonismo pujante cada enero desde hace casi 30 años.